Hallan restos óseos en una parcela del cementerio de Aspe donde no consta enterramiento alguno desde que se creó

Una empresa estaba realizando obras en un terreno del camposanto para la construcción de un panteón cuando se encontró de forma fortuita con los restos

La Guardia Civil está a la espera del estudio de los restos que lleva a cabo el Instituto de Medicina Legal

Restos hallados en el cementerio de Aspe

Restos hallados en el cementerio de Aspe / INFORMACIÓN

L. Gil López

L. Gil López

Misterio en el cementerio de Aspe: han aparecido unos restos óseos en una parcela del camposanto. Lo sorprendente del caso, más propio de una película de Netflix o de una novela negra, es que los restos estaban en un lugar en el que no se tiene constancia de que haya habido enterramiento alguno.

El hallazgo se produjo el pasado 30 de noviembre y de una forma totalmente fortuita: una empresa estaba realizando obras en un terreno del cementerio para la construcción de un panteón cuando se encontró con los restos, según ha confirmado la Guardia Civil.

Dada la situación, el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Novelda realizó las diligencias y los restos "fueron retirados por el Instituto de Medicina Legal de Alicante para su estudio", han explicado las mismas fuentes.

El asunto está judicializado en estos momentos y la Guardia Civil continúa a la espera del estudio de los restos, que determinarán si son humanos o no.

Terrenos

Terreno del cementerio en el que aparecieron los restos, que se aprecian en la imagen / INFORMACIÓN

Mientras, sigue parada la obra de construcción del panteón en el cementerio de Aspe y la zona se encuentra acordonada.

Este truculento caso no es el único en la comarca del Vinalopó, ya que hace ocho años apareció el cadáver de una mujer enterrado en un antiguo viñedo de Ubeda, una pedanía de Pinoso a ocho kilómetros del municipio y en la que viven unas pocas familias.

El macabro hallazgo se produjo de forma casual cuando un vecino se disponía en febrero de 2015 a ampliar su vivienda para construir una habitación de 50 metros cuadrados, en una parcela contigua que había comprado ocho meses antes a su propietario.

Los trabajos de extracción de la tierra previos a la cimentación, que fueron realizados por una pala excavadora y por el propio dueño de la casa, sacaron a la luz los restos mortales de una mujer de entre 18 y 25 años de la que nada se sabía ni en Ubeda ni en Pinoso. Fue inhumada sin ropa ni ajuar a unos dos metros de profundidad y junto a un perro que yacía a su lado.

Los primeros indicios apuntaron a que el enterramiento se realizó entre 25 y 30 años atrás, pero pasado el tiempo, continúa el misterio y no se ha conseguido saber de quién eran los restos.