La denuncia de Rocío un día antes de ser asesinada en l’Alfàs: amenazas de muerte y cinco puñetazos

El acusado del crimen acudió a un conocido y le confesó que necesitaba dinero porque había matado a su mujer y tenía que irse del pueblo

El presunto asesino de Rocío es trasladado por la Guardia Civil a los juzgados de Benidorm.

El presunto asesino de Rocío es trasladado por la Guardia Civil a los juzgados de Benidorm. / EFE / MORELL

«O te bajas del coche o te lo clavo en el cuello». Esta fue la última amenaza del presunto asesino machista de l’Alfàs del Pi que denunció su víctima. No le dio más opciones su verdugo. Rocío de la Palma O., la mujer de 44 años asesinada a puñaladas presuntamente por su pareja la madrugada del pasado 5 de febrero, sufrió malos tratos durante su relación con Juan Vicente A.B., pero nunca lo denunció por miedo, según han confesado allegados a la mujer y la propia víctima.

Un día antes de ser asesinada sí le denunció ante la Guardia Civil de Altea y relató la mencionada amenaza de muerte y agresiones a puñetazos. Concluyó su denuncia -por la que se ha abierto otro procedimiento judicial diferente al del crimen-, aunque finalmente rechazó el ofrecimiento de una orden de protección que le hizo la Guardia Civil y mostró su intención de no continuar adelante con la acusación. Pese a ello, la evaluación de la víctima recogía que estaba en un nivel de riesgo alto y la Guardia Civil activó el protocolo cero con el fin de proteger a la víctima.

Sin embargo, la mujer fue asesinada la madrugada del lunes día 5 en el domicilio de su pareja. Tenía más de una decena de puñaladas y un golpe en la cabeza con un objeto contundente.

Club de alterne

El presunto asesino fue apresado en una habitación de un club de alterne de Cox la madrugada del 7 de febrero, horas después de descubrirse el crimen y dos días después de que la matara.

La noche del 5 de febrero, la Policía Local de l’Alfàs llamó a la Guardia Civil de Altea para comunica que un vecino les dijo que Juan Vicente acudió a verle para pedirle dinero porque había matado a su mujer y tenía que irse del pueblo.

Según la denuncia presentada por Rocío, la mañana del 3 de febrero su pareja comenzó a increparla tras una discusión en el domicilio donde vivían en l’Alfàs y llegó a pedirle que se marchara de la casa. La mujer logró que se calmara y se fueron juntos a comer, pero de nuevo volvió a alterarse porque afirmaba que era consumidor habitual de drogas y quería irse a otro sitio que no precisó. Mientras se desplazaban en el vehículo comenzó a gritarle a Rocío para que se bajara del coche porque se quería ir solo y tras pedirle que se relajara frenó el coche y lo estacionó en el arcén.

A continuación, siempre según la denuncia, Juan Vicente, que trabajaba como fontanero, sacó del maletero un tubo de PVC y empezó a golpear el vehículo mientras le gritaba a Rocío para que bajara. La mujer explicó a la Guardia Civil que estaba asustada y le dijo que no se iba bajar, que se calmara. En ese momento, añade la denuncia, rompió el tubo y con el filo cortante la amenazó: «O te bajas del coche o te lo clavo en el cuello». Rocío no tuvo más remedio que bajarse para que no la matara allí mismo y un matrimonio que iba en su coche y presenció la escena le prestó ayuda. Juan Vicente se marchó del lugar y la víctima acabó presentando la denuncia.

En esa misma denuncia, Rocío contó otro grave episodio de malos tratos sufrido tres semanas antes por los mismos motivos. Mantuvieron una discusión porque Juan Vicente quería consumir cocaína y ella le pidió por favor que no lo hiciera.

El presunto asesino comenzó a ponerse cada vez más nervioso y se metió con la furgoneta en un descampado. Allí realizó maniobras peligrosas con la furgoneta y Rocío, que estaba muy asustada, dio una patada a la llave para parar el vehículo. La respuesta de su pareja fue propinarle cinco puñetazos en la nariz y en la boca. Sufrió heridas sangrantes e indicó que nunca lo denunció «por miedo», por lo que le pudiera pasar posteriormente.

Enterrada en Cádiz

El cuerpo de Rocío ha sido traslada esta semana a la provincia de Cádiz, donde vive su familia en Algeciras, para recibir sepultura.

En los últimos meses frecuentaba con cierta asiduidad los juzgados de Benidorm porque estaba regularizando la situación con sus hijos, un chico de unos 15 años y una niña de 9, que viven con su padre en Benidorm. 

La negativa de los chicos a trasladarse fuera de Benidorm fue determinante, al margen de otros factores, como la personalidad de la nueva pareja de su madre, para que tuviera la guardia y custodia el padre, quien fue absuelto de la denuncia por malos tratos psicológicos que le presentó Rocío cuando estaban casados.. 

Al principio pelearon los dos por la custodia, pero luego llegaron a un acuerdo: él se quedó con la vivienda y los chicos y ella iba a verlos. La relación con su ex era buena, hasta el punto de que en alguna ocasión, cuando había problemas serios con su asesino, le planteó volver a la que fue la casa de la pareja.

Quienes veían a la mujer y a su verdugo por el juzgado relatan que iban casi siempre cogidos de la mano, muy acaramelados, pero que se notaba el «carácter absorbente» del hombre «aunque no daba sensación de peligro».