Neurociencias

Los gases de los automóviles cambian la conectividad cerebral en solo 2 horas

Hasta el 99 % de la población mundial soporta niveles peligrosos de contaminación del aire: se desconoce aún si la exposición crónica puede tener efectos nocivos a largo plazo en el cerebro

Una imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) muestra disminución de la conectividad funcional en el cerebro después de la exposición a la contaminación del tráfico.

Una imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) muestra disminución de la conectividad funcional en el cerebro después de la exposición a la contaminación del tráfico. / Crédito: Gawryluk et al / Universidad de Columbia Británica.

Pablo Javier Piacente

Un nuevo estudio concluye que la inhalación de gases de automóviles puede cambiar la conectividad del cerebro en solo 2 horas: los efectos se notaron principalmente en la red de modo predeterminado (DMN), un conjunto de regiones cerebrales interconectadas que están más activas cuando participamos en pensamientos internos, como la introspección y el recuerdo. 

Investigadores de la Universidad de Columbia Británica y la Universidad de Victoria, ambas en Canadá, han demostrado que los niveles comunes de contaminación del tráfico pueden afectar rápidamente la función del cerebro humano. En solo 120 minutos, la exposición a los gases de escape del diésel provocan una disminución en la conectividad funcional del cerebro, una medida de cómo las diferentes áreas del cerebro interactúan y se comunican entre sí. 

Evidencia concreta

Según una nota de prensa, el estudio proporciona la primera evidencia en humanos, a partir de un experimento controlado, de conectividad cerebral alterada inducida por la contaminación del aire. Aunque los cambios parecen ser temporales, los científicos aún no han determinado si la exposición crónica a la contaminación puede tener efectos nocivos a largo plazo en el cerebro. Se sabe que hasta el 99 % de la población mundial está expuesta a niveles preocupantes de contaminación del aire.

A lo largo de varias décadas, los científicos pensaron que el cerebro podría estar protegido de los efectos nocivos de la contaminación del aire. Sin embargo, el nuevo estudio publicado recientemente en la revista Environmental Health proporciona nueva evidencia que respalda una conexión entre la contaminación del aire y la cognición. Previamente, otros estudios habían analizado las consecuencias en roedores y los efectos físicos sobre el cerebro humano.

En la nueva investigación, los científicos expusieron brevemente a 25 adultos sanos a gases de escape diésel y aire filtrado en diferentes momentos, en un entorno de laboratorio. La actividad cerebral se midió antes y después de cada exposición, utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI)

Impactos en el pensamiento, la capacidad de trabajo y síntomas de depresión

Posteriormente, estudiaron los cambios en la red de modo predeterminado (DMN) del cerebro, un grupo de áreas cerebrales interconectadas que cumplen un papel clave en la memoria y el pensamiento interno. La fMRI mostró que los participantes habían disminuido la conectividad funcional en regiones extensas de la DMN, luego de exponerse al escape de diésel, en comparación con el aire filtrado y puro.

Los expertos aclararon que la conectividad funcional alterada en la DMN se ha asociado con un rendimiento cognitivo reducido y síntomas de depresión: solo estos efectos ya son suficientes para encender una alarma, teniendo en cuenta la enorme exposición a estos contaminantes que soportan las personas en todo el planeta. Al parecer, los cambios en el cerebro serían temporales, ya que la conectividad de los participantes volvió a la normalidad después de la exposición. Sin embargo, los efectos podrían ser duraderos cuando la exposición es continua. 

Por último, la líder de la investigación, la Dra. Jodie Gawryluk, destacó que aunque se necesita más investigación para comprender completamente los impactos funcionales de estos cambios en el cerebro y su comportamiento a largo plazo, es posible que puedan afectar el pensamiento o la capacidad de trabajo de las personas.

Referencia

Brief diesel exhaust exposure acutely impairs functional brain connectivity in humans: a randomized controlled crossover study. Jodie R. Gawryluk et al. Environmental Health (2023). DOI:https://doi.org/10.1186/s12940-023-00961-4