Descubren en el cerebro el escondite de la consciencia oculta

Un cortocircuito neuronal permite reconocer qué pacientes con lesiones cerebrales quieren comunicarse y no pueden

Ahora sabemos si un paciente en estado de coma quiere comunicarse con nosotros.

Ahora sabemos si un paciente en estado de coma quiere comunicarse con nosotros. / Andrew Rudenko en Pixabay.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Los pacientes con lesiones cerebrales pueden conservar consciencia oculta en un rincón del cerebro que la ciencia ahora ha descubierto. Ese escondite permite saber qué personas inconscientes quieren y no pueden comunicarse y si tienen posibilidades de recuperarse en el futuro.

Muchos pacientes con lesiones cerebrales son conscientes de lo que pasa, pero no pueden decir nada porque se han interrumpido unos circuitos cerebrales que la ciencia ahora ha identificado.

A pesar de su aparente estado comatoso, estos pacientes conservan una forma de consciencia que escapa a la observación superficial: no solo son capaces de percibir su entorno, sino que también pueden comprender información específica, como instrucciones verbales.

En anteriores investigaciones, los escáneres cerebrales habían detectado actividad en áreas cerebrales asociadas a la percepción consciente, confirmando así que alrededor del 15 por ciento de las personas que sufren lesiones cerebrales se dan cuenta de lo que está pasando a su alrededor.

El problema que tienen es que no pueden traducir esa consciencia del entorno en acciones físicas, por ejemplo, abriendo o cerrando la mano siguiendo las indicaciones del médico.

Situación desesperada

Su situación es desesperante: aparentemente inconscientes, oyen lo que se dice a su alrededor, pero permanecen inmóviles sin una respuesta visible a lo que se les está indicando o pidiendo.

La gran novedad que aporta la nueva investigación es que ha descubierto por qué: esta falta de reacción se debe a lesiones que afectan a unas regiones concretas del cerebro donde residiría la así llamada consciencia oculta, más conocida técnicamente como disociación cognitiva motora (CMD).

Es decir, las personas que han tenido lesiones cerebrales como consecuencia de un accidente que las ha dejado inconscientes, pueden tener en su cerebro un rincón donde la consciencia perdura a pesar de su estado de coma. De ese estado oculto de consciencia pueden darse cuenta esos pacientes, pero no las personas que los rodean.

Cortocircuito cerebral

La CMD, explican los investigadores en un artículo que publican en la revista Brain, se basa en una falta de integración de las órdenes motoras comprendidas por los pacientes, con las correspondientes salidas de instrucciones motoras. Ese cortocircuito es el origen de un drama del que solo es consciente la persona que lo sufre.

El descubrimiento de este cortocircuito es de gran utilidad, no solo para reconocer qué personas están sufriendo la impotencia de no poder comunicarse con su entorno, sino también para anticipar qué pacientes tienen posibilidades de recuperarse y salir del rincón cerebral donde está prisionero de la consciencia oculta.

Y algo no menos importante: se puede acceder a esa información mediante resonancia magnética estructural (MRI) combinada con electroencefalograma (EEG), dos técnicas diferentes pero complementarias: mientras que la resonancia magnética ofrece información anatómica, el electroencefalograma detecta la función eléctrica del cerebro. Ambas pueden rastrear la consciencia oculta en el cerebro.

Técnicas combinadas

Ambas técnicas, combinadas en esta investigación, permitieron a los investigadores, en primer lugar, averiguar cuándo los pacientes quieren y no pueden comunicarse y, en segundo lugar, identificar patrones de lesiones cerebrales asociados a respuestas motoras que no se consuman, una pista para averiguar si tienen alguna posibilidad de recuperar la consciencia.

La investigación se desarrolló en dos fases: en primer lugar, el equipo de científicos, liderado por el Dr. Jan Claassen, usó EEG para examinar a 107 pacientes con lesiones cerebrales. El análisis detectó CMD en 21 de los pacientes. En segundo lujar analizó resonancias magnéticas estructurales de todos los pacientes para descubrir patrones cerebrales.

El resultado final obtenido puso de manifiesto que todos los pacientes detectados con CMD tenían estructuras cerebrales intactas relacionadas con la excitación y la comprensión de las instrucciones verbales, lo que respalda la idea de que estos pacientes escuchan y entienden las instrucciones verbales, aunque no puedan ejecutarlas. 

Gracias a esta investigación, en el futuro tal vez podremos saber cuándo un familiar está en ese estado tras una lesión cerebral y si tenemos alguna posibilidad de volver a hablar con ese ser querido.

Referencia

Injury patterns associated with cognitive motor dissociation Get access Arrow. Eva Franzova et al. Brain, awad197. Doi:https://doi.org/10.1093/brain/awad197