¿Cómo valora los cambios introducidos por la nueva Ortografía?

Ha sido una reforma que ha tocado muy pocas cosas, las tildes ortográficas y poco más. Lo de retirar las letras "ch" y "ll" ya estaba asumido, porque son combinaciones de dos letras. Y la propuesta de denominar "ye" a la "i griega" existe desde los inicios de la grafía del español.

Pocos cambios, pero mucho revuelo...

Sí, y a la vista de ello lo que ha hecho la Academia ha sido aplicar el consenso, que los hispanohablantes usen los nombres que más les gustan.

¿Qué le sugiere la desaparición de varias tildes ortográficas?

Es un intento de simplificar y dar coherencia. Los casos que más ampollas han levantado han sido los de palabras como "truhan" o "guion". La Academia deja a potestad del que escribe la decisión de acentuar o no, con el fin de que vaya asumiendo el cambio poco a poco. Pero sin imponer nada. Lo más importante es que ha sido aprobada por las 22 academias de la lengua española. Es una ortografía de consenso que sirve para preservar la unidad del español. Hay diferencias en el léxico, pero la ortografía es única, lo que garantiza la unidad. También es didáctica y pedagógica, explica sus fundamentos.

Parece imposible lograr la unidad en una lengua que se habla en tantos países del mundo...

Es una lengua hablada por muchos millones de hablantes y hay cosas que no se pueden unificar. Se trata de acercar posturas entre América y España. Nosotros somos la cuna del idioma, pero también la minoría de hablantes. Hay que respetar los usos y las tradiciones de cada lugar.

Usted es especialista en lexicografía, ¿qué investigaciones lleva a cabo?

Estoy trabajando en una monografía sobre la obra de Vicente Salvá, uno de los lexicógrafos valencianos más importantes del siglo XIX. Modificó la concepción de los diccionarios. También he participado en la creación de un corpus oral del español hablado en Alicante y otro del lenguaje juvenil, que se lo hemos donado a la RAE y que se puede consultar en su web, junto a ejemplares del uso del español durante distintas décadas.

¿En qué situación se encuentran las carreras de lenguas de la UA?

Este año hemos estrenado el grado de español "Lengua y Literatura". Intentamos que esté conectado a las necesidades de los usuarios y orientando a los profesionales que tengan que hacer uso de la lengua: periodistas, comunicadores, enseñantes... Le hemos dado un giro práctico, favoreciendo al mercado de trabajo en detrimento de la historia, de la filología clásica. No abandonamos la educación, hay másteres donde se amplían estudios.

Sigue siendo importante escribir con corrección...

Hablar y escribir correctamente no es un adorno, es una necesidad para cualquier actividad. Enseñar español es un capital que debe valorarse. Su enseñanza tiene que estar orientada a lo que pide la sociedad, pero haciéndolo bien. El idioma hay que cuidarlo, por lo que los antiguos filólogos tienen asegurada la pervivencia.

La "escritura relajada", que prolifera en los mensajes de móvil y las redes sociales, ¿es perjudicial para la lengua?

No es perjudicial, simplemente es un código alternativo. La taquigrafía tampoco acabó con la lengua. Una cosa son los mensajes o los chats privados y otra es escribir para un lector general. Hay un proyecto para crear unas normas para usar la lengua en estos medios, signo de que la Academia está al día con los problemas del idioma. Las abreviaturas tienen que normalizarse, existen en todas las lenguas. Si hay normas, se facilita la comprensión. A veces me llegan mensajes en los que no sé lo que pone. Es un lenguaje muy nuevo, que ha sido construido por los usuarios.

El Nobel a Mario Vargas Llosa, ¿es una noticia positiva para el idioma?

Sí, muy buena. Además de ser un magnífico escritor, Vargas Llosa es el presidente de honor de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, por lo que está muy vinculado a la UA. Es un premio magnífico y merecido.

Y la elección del nuevo presidente de la RAE, José Manuel Blecua, ¿cómo la valora?

José Manuel fue profesor mío. Es un filólogo que ha sabido adaptar las nuevas tecnologías a la lengua. Además de estar muy preparado, ha sido pionero en que los estudios hispánicos estén dotados de los recursos más eficaces. Estoy segura de que lo va a hacer muy bien. Es una persona de consenso que aúna tradición y modernidad.

¿Qué papel desempeña el español a nivel mundial?

El papel del español es importante, aunque no está a la altura en el uso de ciencias y tecnología. Esa es su batalla, porque el inglés se ha convertido en la lengua franca. En literatura y pensamiento tiene un peso enorme, y ese es el nivel al que quiere ponerse en este campo. La RAE trabaja en ello, a través de cursos de vocabulario específico, para que no nos colonice Estados Unidos.