A una semana de las elecciones en la Universidad de Alicante (UA) los dos candidatos, los catedráticos Amparo Navarro y José Vicente Cabezuelo han tenido la oportunidad -aprovechada- de contar qué Universidad quieren y cómo piensan conseguirla. No ya a los miembros de la comunidad universitaria, con quienes han organizado infinidad de reuniones durante esta campaña electoral en el campus, sino a la ciudadanía en general.

La Universidad de Alicante es la principal «empresa» de la provincia, pública y con unas dinámicas propias, pero así es y más allá de las obvias relaciones con su plantilla y su alumnado siempre ha buscado la interconexión con el territorio donde se asienta. Lo que sea la UA en los próximos cuatro años repercutirá en la ciudad de Alicante y en la provincia y aunque los ciudadanos ajenos a su ámbito estricto no tienen derecho a voto el próximo día 3 sí que se podría decir que tienen el derecho a conocer qué líneas de actuación seguirá una institución que financian con sus impuestos.

Ambos candidatos son conscientes de ello y acudieron al debate organizado por INFORMACIÓN con los temas muy preparados. No rehuyeron ninguna cuestión por espinosa que pudiera parecer como la implantación de la titulación de Medicina, que sigue en el aire que respira el Consell, ni las consecuencias que podría tener su defensa con la otra universidad de la provincia, la Miguel Hernández de Elche, contraria a que abra sus puertas otra facultad y con la que ahora viven un idilio que se plasma cada vez más en proyectos en los que participan investigadores de ambos centros. Los dos aseguraron que defenderán su puesta en marcha porque entienden que responde a una demanda social. Pero sin entrar en «guerras» con la UMH, con la que quieren ahondar aún más la relación con la idea de que la unión hace la fuerza, especialmente en la captación de fondos.

Navarro y Cabezuelo llegaron acompañados por la mayor parte de sus respectivos equipos y un pequeño grupo de «simpatizantes». Antes de entrar se saludaron y charlaron animadamente mientras posaban para las fotos. Una moneda decidió quien intervenía primero y la suerte sonrió al catedrático en Historia Medieval. Aunque la que tuvo la oportunidad de pedir el voto primero en el minuto final fue la catedrática de Derecho Financiero y Tributario. Compensado, al igual que sus intervenciones, en las que no se extralimitaron demasiado temporalmente hablando. Por las limitaciones de aforo propias del covid sólo 25 personas pudieron acompañar a cada uno. En el Club INFORMACIÓN no se escuchó una mosca mientras transcurrió el debate, pero nada más terminar y tras los aplausos de cierre, los dos grupos esperaban a sus respectivos candidatos para ovacionarles e incluso hacerse «selfies» con ellos ya fuera del salón de actos. También tuvieron ocasión para comentar con ellos cómo había transcurrido la intensa hora y media en la que explicaron sus propuestas y sus ideas.

Una buena oportunidad para conocer el futuro de la UA

Hace ocho años y medio que no se celebran unas elecciones para dirigir la UA con dos aspirantes al puesto. A la última sólo se presentó Manuel Palomar para revalidar el título de rector. Los dos aspirantes vienen de su equipo, pero tienen visiones distintas de la forma en la que conseguir sus objetivos. Además, a nadie se le escapa que con la pandemia los próximos cuatro años no van a ser precisamente un camino fácil, pero también es cierto que dentro de la situación se abren dos ventanas de oportunidad que pueden beneficiar, y mucho, a la Universidad. Por una parte, a diferencia de otras crisis en esta los presupuestos van a dar un empujón a la ciencia. Y por otra, el maná de los fondos europeos tiene como base una economía verde y la digitalización. En los dos campos las universidades tienen mucho que decir.

La financiación de la Universidad sigue muy justa y precisamente ahora se está perfilando por parte de un comité de expertos el que será el nuevo modelo del que se nutrirán las cinco universidades de la Comunidad. Cabezuelo se mostró muy reivindicativo en este punto para que el Consell salde la deuda histórica que arrastra y se llegue a consensos para establecer un plan justo y estable. Para Navarro, el hecho de que se vayan a tener en cuenta los resultados de la investigación es un punto a favor de la UA, pero tampoco baja la guardia a la hora de defender que llegue dinero suficiente para el buen funcionamiento de la institución. Aunque, como recordaron, ante el retraso en las elecciones, previstas para mayo y suspendidas por la pandemia, los presupuestos con los que tendrán que lidiar su primer año de mandato será con la financiación actual y aprobados por el actual equipo rectoral.

Internacionalización, idiomas y empleabilidad del alumnado fueron otras de las cuestiones que se pusieron encima de la mesa, así como el futuro del Parque Científico, cuya expansión ya está en marcha y que tendrá que liderar uno de los dos protagonistas de este debate.