La tradición se remonta al siglo XIII. La imagen de Santa Águeda, se cuenta, no puede pasar más de una noche fuera de su casa, que está en la ermita de Catral. Por este motivo, la noche del día 4 al 5 se traslada a la iglesia de los Santos Juanes para escuchar misa al día siguiente y, sólo entonces, volver a su refugio en medio de un gran fervor popular que se desborda por las calles. El cariño de los vecinos, no sólo de este pequeño municipio de la Vega Baja, sino de muchos otros de la comarca e, incluso, de Elche y otras poblaciones de la provincia, se muestra en un día como el de ayer. La patrona va sobre sus andas y, a su paso, los ciudadanos ven cómo se abre uno tras otros los puestos ambulantes de todo tipo que los vecinos podrán disfrutar hasta mañana domingo y en un amplio horario porque para ver hay cientos que jalonan la calle que va desde la iglesia hasta la ermita, alrededor de 1,5 kilómetros.

Estimaciones

El Ayuntamiento espera, según las primeras estimaciones, que unas 15.000 personas se acerquen a Catral durante este fin de semana para visitar a la santa y, de paso, acercarse a estos variopintos puestos ambulantes donde se vende prácticamente de todo.

Santa Águeda es una de las imágenes más queridas en la comarca y su tradición ha cumplido siete siglos. Según recuerdan los más mayores del municipio, después de la Guerra Civil, la imagen fue depositada para su custodia en la citada ermita y hasta allí acuden prácticamente todos los fieles para tocarle los pies, hacerle promesas y peticiones y mostrarle su fervor, una tradición que, especialmente, realizan las mujeres porque ellas son las más devotas porque a la santa se le cortaron sus pechos y está vinculada al cáncer de mama. Rezarle a ella, dicen, da fuerzas para curar la enfermedad o para que nunca llegue.