La polémica está servida cuando se derriba una pequeña y céntrica casa antigua de un pueblo de poco más de 4.300 habitantes y, en su lugar -en vez de ensanchar la calzada como en el resto del entramado urbano e indemnizar a los propietarios- aparece un edificio de cuatro plantas que, visualmente, reduce a la mitad el ancho que tiene el resto de la avenida. Ha pasado en Algorfa y, además, el proyecto de obra interpreta con evidente flexibilidad, según un afectado, la norma municipal que obliga a diseñar un chaflán en lugar de una esquina.

Pero se enciende aún más la controversia cuando el propietario de la parcela y promotor de la obra, José Luis Lorenzo, fue concejal de Urbanismo mientras se redactaba el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el documento que le permite construir. A partir de ahí ya hay quien intuye un trato de favor. Es el caso del edil independiente Antonio Esteve, a la sazón vecino pared con pared del nuevo inmueble, quien cree que este edificio para ocho viviendas situado en la confluencia de las calles Ramón y Cajal y Practicante Alberto Berenguer "es consecuencia de un plan concebido mientras el promotor de la obra fue edil de Urbanismo del Ayuntamiento" y sostiene que "de ninguna otra manera hubiera sido posible tal edificación, que atenta tanto a la estética como a la habitabilidad en la zona: Es una demostración del uso, por parte de un político, de sus competencias en beneficio propio".

El denunciante de esta situación admite que mientras el PGOU ampare esta obra no se puede calificar de ilegal. Sin embargo, sí cree que es al menos reprochable el hecho de que, éste no, pero sí el resto de vecinos, hayan tenido que retranquear sus viviendas y parcelas para ajustarse al trazado o al ancho de las calles. Es más, Esteve añade que cuando se diseñó el PGOU se estableció que este tramo de calle sería una zona residencial. Por eso está adoquinada y el promotor no ha tenido que dejar espacio ni para aceras. Así no perdió metros edificables, sostiene.

Pero hay algo más en su denuncia y es que según una normativa que lleva años en vigor las nuevas construcciones deben dejar un chaflán en la esquina que mejore la visibilidad en los cruces, y este inmueble "no lo respeta" (aunque la Oficina Técnica Municipal considera que sí, y por ello lo aprueba). Ése es el argumento al que se acoge Esteve para denunciar la obra (anunció un contencioso contra el Ayuntamiento) y llevar su queja a pleno: "Qué casualidad que para esta obra se cambia la forma que hasta ahora tienen todos los chaflanes del pueblo", critica.

Esteve cree que esta promoción está "protegida" por el actual alcalde, Antonio Lorenzo Paredes (edil de Urbanismo), porque "a unos ciudadanos se les aplica la normativa a rajatabla y a otros se mira para otro lado". El primer edil, por su parte, manifestó "se construye sobre una parcela ya existente" y consideró que "es legítimo que defienda sus intereses, pero todo lo que se ha hecho hasta ahora va refrendado por los informes técnicos y las ordenanzas". Lorenzo añadió que Esteve "tiene un litigio desde hace años con el titular de la parcela, que es familiar suyo, y estando abierto el caso en los juzgados, que se solucione ahí". Pese a ello, aseguró que la moción presentada por Esteve al pleno "se debatirá".

Esteve pasa del PP al grupo de no adscritos

El concejal Antonio Esteve, que entró a la corporación en 2007 con el PP y asumió el área de Comercio, ha pasado al grupo de los no adscritos hace unos meses, precisamente por sus desencuentros con el alcalde, Antonio Lorenzo (PP), por este edificio. Se da la circunstancia de que su casa linda con él, por lo que se vio afectado a nivel personal. Sus competencias las asume Alonso Sánchez. E. G. B.