La Virgen de los Dolores acudió finalmente al Encuentro con Jesús del Perdón a hombros de sus penitentes. Después de que un cofrade retirara el trono que él mismo financió hace unos años, un grupo de costaleros ha trabajado a marchas forzadas durante una semana para adaptar el anterior trono y poder así procesionar a andas. Cientos de devotos se concentraron ayer para arropar un acto que, aun siendo relativamente joven, se ha convertido ya en una costumbre previa a la Procesión de las Mantillas.

Minutos antes de las 20 horas, la plaza de España ubicada junto a la iglesia Arciprestal de San Martín era un auténtico hervidero de fieles dispuestos a tomar parte en uno de los actos más emotivos de esta semana religiosa. La Dolorosa, con su característico puñal de plata clavado en el pecho, avanzó a hombros de sus 90 costaleros para encontrarse con su hijo, Jesús del Perdón, que al paso de otras 90 costaleras, acudió a ver a su madre sabiendo que pronto sería condenado a la crucifixión.

Encuentro cargado de emoción que discurrió a ritmo de las campanas que marcaron el paso a las costaleras y costaleros y que alcanzó su máximo esplendor cuando ambas imágenes fueron balanceadas y elevadas hasta el cielo por sus portadores. Los penitentes estallaron entonces en aplausos y ovacionaron a los cofrades.

Se trata de una joven tradición que comenzó hace poco más de una década tras la adquisición de la talla de Jesús del Perdón por la Cofradía de Santa María Magdalena. La imagen, tallada por el maestro Hernández Navarro en madera policromada, procesiona sobre su trono realizado en 1997 por los talleres Orovio de la Torre de Ciudad Real.

Por su parte, la talla de la Virgen de los Dolores llegó al municipio en 1940, obra del escultor José Noguera Valverde. Desde hace 12 años, se utilizaba un trono financiado por uno de sus cofrades pero, a menos de una semana del gran acto, éste decidió que no se utilizaría en las procesiones de este año por desavenencias con la junta directiva.

La adaptación exprés del antiguo trono ha sido un reto que, visto el resultado, ha concluido con éxito y no ha empañado una celebración que ha intentado no desviarse del sentido original que debería caracterizar a la Semana Santa callosina.

Procesiones

Finalizado el emotivo Encuentro, los devotos se dispersaron por las calles por las que minutos después comenzaría su recorrido la conocida como procesión de las "mantillas". En esta participaron la cofradía de las Santas Marías, la de San Juan, la cofradía de Santa María Magdalena con sus pasos de Jesús del Perdón y Santa María Magdalena y la de Nuestra Señora de los Dolores, acompañada de sus tradicionales "mantillas" ataviadas con el traje de color negro que las caracteriza.