Las tropas capitaneadas por los Caballeros del Oriol devolvieron

anoche la ciudad de Orihuela a manos cristianas escenificando un fastuoso desfile que se caracterizó por su brillante puesta en escena. El recorrido que va desde la calle Aragón hasta Alfonso XIII se convirtió en un elegante espectáculo en el que brillaron con luz propia los caballos de alta doma, las intrépidas bailarinas que danzaron con fuego y las representaciones medievales. Una magnífica representación capitaneada por el embajador cristiano, Manuel Reig, quien paseó exultante por las calles de una ciudad inmersa en la celebración que recreó que de nuevo había sido arrebatada a los moriscos.

Sobre las 20.00 horas de ayer, decenas de bandas de música entonaban marchas cristianas por distintas calles de la ciudad anunciando a vecinos y visitantes que el bando cristiano había vencido una vez más a las tropas de la media luna y que se disponía a mostrar su grandeza para deleitar a autóctonos y visitantes.

Así, tras recoger a sus abanderadas y cargos de honor, las distintas comparsas cristianas se fueron concentraron en la calle Ocarasa y se organizaron para comenzar uno de los desfiles más magníficos que se han lucido por las calles oriolanas. La desfavorable coyuntura económica no pudo con el desfile cristiano y los Caballeros del Oriol hicieron gesto de su poderío en un recorrido en el que estuvieron acompañados por varios ballets, espectáculos medievales y ecuestres, y capitaneados por Reig, quien vistió un lujoso traje azul adornado con pedrería y que lució desde lo alto de la carroza desde la que saludaba exultante al público. Tras él discurría una filá cuyos integrantes vestían trajes que hacían juego con el del embajador y que formaban una curiosa estampa a modo de escolta en torno a la máxima autoridad.

A la comparsa cristiana por excelencia de 2011, le siguieron el resto de las siete comparsas de su bando, empezando por los Piratas Bucaneros, y seguidos por los Caballeros de Santiago, Seguidores de Arum y Ruidoms, Contrabandistas, Caballeros del Rey Fernando, Caballeros Templarios y Caballeros de Tadmir.

Los festeros cristianos fueron los encargados de cerrar el que sin duda es uno de los eventos más espectaculares que se enmarcan en las fiestas de la Reconquista de Orihuela, declaradas de Interés Turístico Autonómico.