El antiguo Restaurante Miramar del Paseo Vista Alegre se convertirá este verano en oficina principal de Turismo de Torrevieja y la primera instalación piloto de la Comunidad del proyecto "Información Turística del Siglo XXI" de la Generalitat, según aseguró ayer el director general de Turismo, Sebastián Fernández, durante la jornada de trabajo mantenida en el Ayuntamiento junto al alcalde Eduardo Dolón (PP) y el concejal de Turismo, Luis María Pizana.

"Un ambicioso proyecto que se pondrá en marcha a través de la colaboración de tres administraciones públicas: el Ayuntamiento, la Generalitat y el Patronato de Turismo Costa Blanca", aseguraba la nota de prensa. Dolón situó la fecha de apertura de la oficina para este mismo verano y destacó que formará parte de la red de oficinas Tourist Info de la Generalitat.

Una red para la que también se ha diseñado un nuevo concepto dentro del plan denominado "Red Tourist Info para el siglo XXI". La información municipal no cita ni la inversión ni el proyecto concreto que se va a desarrollar para convertir el actual edificio, totalmente abandonado y con un aspecto lamentable, en esa oficina de turismo.

El Miramar "se va a convertir en una de las oficinas de turismo más emblemáticas de la Comunidad y será la primera de estas características de nuevo diseño, como experiencia piloto, con el objetivo de la integración de las nuevas tecnologías e internet en la gestión y la prestación de los servicios de las Tourist Info". Según las mismas fuentes, la oficina actuará como "laboratorio permanente de desarrollo de nuevos servicios, tecnologías y fórmulas de gestión", al tiempo que se impulsarán otras acciones de innovación dirigidas a todas las oficinas de la Red Tourist Info.

Historia

Torrevieja ya cuenta con otras tres oficinas situadas en el Alto de la Casilla, Playa del Cura -en verano- y plaza del Capdepont -en el centro-, además de la cerrada desde hace años en la Torre del Moro. El restaurante Miramar cerró sus puertas en febrero del 2010 tras 124 años de historia.

La clausura sobrevino por el alto canon que los gerentes del restaurante debían abonar a la Generalitat, que gestiona el espejo de agua y recinto del puerto, y cifrado 75.000 euros anuales y cuya concesión debían renovar cada seis meses. A este hecho se unía la rehabilitación de la fachada marítima que contemplaba su desaparición. De la citada remodelación no se ha vuelto a saber nada al no presentarse ninguna empresa para realizar las ambiciosas obras.