Como no es lo mismo estudiar domótica, electrónica o electricidad en los libros que ver cómo funciona en la práctica, los alumnos del IES El Palmeral de Orihuela se han arremangado para pasar cables, instalar placas solares y programar pequeños ordenadores. ¿Y qué mejor laboratorio que una vivienda real a pocos metros del aula? El sufrido inquilino es el conserje del instituto, que está viendo cómo poco a poco el control de las luces, del aire acondicionado, la calefacción y las persianas pasa de los tradicionales interruptores a pulsadores con muchas más posibilidades e incluso a una pantalla táctil que centraliza todas las estancias.

Los profesores Antonio Ros y Paco Roldán son los responsables de este proyecto, que implica a alumnos de grados medios y superiores del instituto y que es en realidad mucho más grande, porque están embarcados cuatro centros de toda España (coordinados por el IES La Garrotxa, de Olot) a quienes el Ministerio de Educación ha concedido una ayuda de 200.000 euros (38.000 para El Palmeral). La fase que se desarrolla en Orihuela pretende convertir una vivienda tradicional en energéticamente sostenible. Para ello, se han instalado placas solares conectadas a baterías con las que se pretende que los habitantes no necesiten consumir suministro eléctrico y se va a colocar en el jardín una estación meteorológica que envíe datos de temperatura, velocidad del viento o luminosidad a un ordenador para que, previamente programado, dé la orden de subir las persianas en invierno para calentar el salón aprovechando el efecto lupa de las ventanas; o que las cierre en verano para no tener que encender el aire acondicionado; o que se ponga en marcha la calefacción cuando baje la temperatura y se detecte que hay alguien en la sala, ya sea por sensores de movimiento o de presencia... Incluso que los aspersores del jardín no se conecten si llueve. No solo eso, sino que en un momento dado se puede controlar por internet a través de dispositivos móviles. Todo ese sistema lo saben montar, y lo están haciendo, los alumnos.

Tres de ellos están más centrados en el proyecto: Alejandro Zaragoza (de Instalaciones Eléctricas y Automáticas), Borja Álvarez y David García (ambos de Telecomunicaciones). Para los dos últimos, no en vano, estas son sus prácticas en empresa. La Conselleria ha tenido que autorizar que los docentes actúen como jefes, y al enfrentarse a este reto se han dado cuenta de que en la Vega Baja hay muy pocas empresas que puedan hacer la instalación que ahora ellos están aprendiendo a hacer.

Lujo

"La domótica no tiene que ser exclusiva del lujo", dice Antonio Ros, sino que se ajusta a las necesidades y permite ahorrar. "En el instituto de Girona (con el que se comparte este proyecto) utilizan la calefacción seis meses del curso y lo que han hecho ha sido zonificar las aulas para regularla según necesidades, consiguiendo reducir un 30% el consumo". El IES El Palmeral, sin ir más lejos, paga 4.000 euros de electricidad al mes: Si el experimento de la vivienda del conserje sale bien, por qué no, los próximos cursos seguirán desarrollando proyectos similares. De momento, los profesores se han encargado de utilizar suministros españoles y viajaron a Frankfurt (Alemania) para acreditarse como centro de investigación KNX, de modo que de ahora en adelante todos los cursos podrán experimentar con este sistema europeo que se está imponiendo a nivel mundial.

Una instalación fotovoltaica como la que se ha implantado en el instituto "de 4.000 vatios, para una casa normal, saldrá por los 10.000 euros", estima Paco Roldán. "En cuanto no tengas suficiente con la energía solar, puedes consumir electricidad o siempre puedes ampliar la instalación", señalan. El sistema convence a los alumnos, porque Borja Álvarez, por ejemplo, no duda en que algún día, cuando tenga su casa, no descartará las energías limpias y la domótica: "Necesitas una inversión inicial, pero después todo son ventajas, ahorras mucho". El interés de los docentes es que sus alumnos puedan encontrar en este campo salidas profesionales que aún no están muy explotadas. Rafa Pérez, el paciente conserje, tiene claro que someterse a esta rehabilitación de su casa no puede ser más que un acierto, eso sí, obviando las molestias de tener obras en casa y de que los obreros sean treinta adolescentes.

Saber cuánto cuesta cocinar la cena

Toda la intervención en la vivienda va enfocada "a que las instalaciones ahorren por sí solas; la domótica es el control de dispositivos para la eficiencia energética pero sin perder confort", señala Antonio Ros, y no la imagen que estamos acostumbrados a ver en las películas de la comodidad per se. El panel táctil que centraliza los controles a la entrada de la vivienda registra en cada momento el consumo energético en euros, kilovatios y en emisiones de C02, de modo que "en cualquier momento puedes saber cuánto te cuesta hacer la cena, o tener el aire acondicionado encendido por la noche", explican Antonio Ros y Paco Roldán. Ese control del gasto antes de que llegue la factura puede ayudar a muchas personas concienciadas con las energías limpias o a quienes sencillamente quieran ahorrar a ir ajustando su comportamiento y adquiriendo hábitos saludables de consumo. e. g. b.