JACARILLA

Las chicas tenían derecho

La EFA El Campico gradúa a sus primeras estudiantes de ESO tras abandonar su modelo de «solo chicos» debido a la reclamación de padres y de la inspección de este centro de la Vega Baja

Un momento del acto de graduación

Un momento del acto de graduación / INFORMACIÓN

D. Pamies

D. Pamies

El Auditorio de Benejúzar acogió ayer el acto de graduación de los alumnos del colegio privado concertado Escuela Familiar Agraria (EFA) de El Campico de Jacarilla. Una ceremonia de fin de etapa académica tan lleno de emoción y padres orgullosos como los que se irán sucediendo en los próximos días a lo largo y ancho de los institutos la provincia.

Pero el de ayer en Benejúzar tenía una significación especial para algunas familias. Entre los estudiantes que promocionaban en el ciclo de ESO se encontraban siete alumnas. Todo normal si no se tratara de las primeras que accedieron a las aulas de este centro religioso concertado privado, creado hace más de medio siglo en la Vega Baja.

Un momento de la graduación que tuvo lugar en un acto en Benejúzar

Un momento de la graduación que tuvo lugar en un acto en Benejúzar / INFORMACIÓN

Proyecto educativo

El proyecto educativo del centro, integrado en la Federación Valenciana de Escuelas Familiares Agrarias, que gestiona otros dos en Llombai (Valencia) y cuenta con orientación espiritual a cargo del Opus Dei, apostaba desde que puso en marcha la ESO en Jacarilla por la educación diferenciada por sexos. Solo chicos. La titularidad del centro, un referente en Formación Profesional Especializada y Secundaria en toda la comarca, se opuso inicialmente al cambio de modelo educativo. Pese a tratarse de una especificidad minoritaria, en su ideario no se encontraba abandonar el requisito de selección de matrícula por sexo.

Ni en 2020, cuando las familias reclamaron el derecho de matricular a sus hijas en el centro -en algún caso el mismo donde ya estudiaban sus hijos-, ni ahora tampoco, existe una legislación clara que impida que un centro se sostenga con fondos públicos y que excluya de su matrícula a las alumnas. De facto una segregación por sexos.

El intenso debate público que generó el rechazo a admitir alumnas por parte del centro doblegó la postura de la titularidad de esta institución académica, conocida además por los distintos programas educativos que desarrollan a lo largo del curso.

Un momento del acto de graduación en la EFA El Campico

Un momento del acto de graduación en la EFA El Campico / INFORMACIÓN

El cambio

Ya no hay marcha atrás. Y a las chicas, que ayer se prodigaban en selfis y lucían beca y sonrisas, acompañan algunos de los mejores expedientes de esta nueva promoción de Secundaria. Fue el empeño de los padres y madres que en el curso escolar 2020-2021 querían ver escolarizadas en el mismo centro donde ya estudiaba alguno de sus hijos a sus hijas quienes impulsaron el cambio.

El esfuerzo de la inspección educativa de zona en aquel momento bajo la responsabilidad de Miguel Albeza fue decisiva. El funcionario se metió en el berenjenal administrativo de advertir al centro que debía abandonar el modelo «solo chicos» y trasladar esa posición ante la Conselleria de Educación.

Puntuadas

Los padres cumplimentaron las matrículas pese a que formalmente era un colegio de chicos. Aquellas solicitudes, sin embargo, no fueron baremadas, ni las chicas admitidas, pese a que en su mayoría ellas contaban con más puntuación que otros alumnos. El informe de la conselleria señalaba «una clara discriminación de género», en el único centro, aunque concertado, con ciclo de Secundaria que existe en Jacarilla.

EFA El campico

EFA El campico / Áxel Álvarez

Lo que obligaba al alumnado femenino a migrar a municipios vecinos como Bigastro o Benejúzar. La comunidad escolar recordó que el centro estaba sostenido con fondos públicos, algo que se reflejó también en el informe. La inspección educativa tuvo que esgrimir los derechos que amparan a los menores en la Constitución Española y en los tratados internacionales de los que forma parte España, que garantizan que no exista discriminación por razón de nacimiento, nacionalidad, raza, sexo, discapacidad o enfermedad

Sensibilidad

Finalmente la titularidad del centro, que también recibió la petición expresa de que cediera por parte de la entonces alcaldesa, Pilar Rodríguez (PSOE), fue sensible a las recomendaciones y sugerencias de la inspección, atendiendo las reclamaciones de las familias y aceptando la matriculación de todo el alumnado sin prolongar su modelo diferenciado. Garantizando el derecho a la igualdad y la conciliación de las familias, que además tienen hermanos en el centro.

Algo que exigió en ese momento un aumento de ratio para poder asumir a más alumnado. Ahora son treinta el número de alumnas matriculadas cuatro cursos después en los distintos niveles de la ESO.