La Guerrilla de Pólvora hizo temblar ayer a Orihuela con más de 250 kilos de explosivos que detonaron sin descanso durante casi dos horas unos 250 festeros que participaron con sus arcabuces, a quienes se sumaron decenas de comparsistas que acompañaron el desfile con sus cañones y petardos.

El recorrido partió de El Paseo hasta la Glorieta Gabriel Miró, donde tuvo lugar la representación de la Toma del Castillo, pasando por Alfonso XIII, Fernando de Loaces y Calderón de la Barca. Durante todo el trayecto, hicieron retumbar el suelo y las ventanas de los edificios cercanos con el estruendo de las explosiones. Muchos festeros incluso iban protegidos con cascos y tapones para evitar los daños en los oídos que podrían originar los estallidos que se pudieron escuchar desde cualquier punto de la ciudad.

El desarrollo del acto estuvo supervisado por unas fuertes medidas de seguridad. Los festeros tuvieron que acudir horas antes del desfile a unos terrenos situados en la carretera de Hurchillo, alejados de núcleos de viviendas, donde la Guardia Civil supervisó el reparto de la pólvora. Además, se les exigió que acreditaran que habían pasado un examen psicotécnico, por lo que la mayoría optó por presentar el permiso de conducción. Un ambulancia de la Cruz Roja, una decena de agentes de la Policía Local y miembros de Protección Civil estaban preparados para actuar ante cualquier incidente.

Representación

Al finalizar "los trabucos", en la Glorieta Gabriel Miró tuvo lugar la representación de la Toma del Castillo. El texto escenificó en dos partes el Pacto de Teodomiro y el momento en el que la Armengola recuperó el castillo para el pueblo de los cristianos, con guiones de Joaquín Más, poeta oriolano, y de Atanasio Die, quien escribió el texto hace más de 25 años. Se da la circunstancia de que Die tuvo ayer la oportunidad de poner en escena uno de los papeles más importantes, ya que fue el alcaide del castillo. Además de actores profesionales, la representación contó con la participación de la Armengola, Mariola Navarro, y de los embajadores Moro y Cristiano, Fernando Lacárcel y Manuel Andréu.

El pueblo de Orihuela retrocedió así varios siglos de historia, cuando se culminó la lucha por la Reconquista de la ciudad y la expulsión de los moros del territorio.

Este año, y tras el incidente ocurrido en 2010 en el que se rompió parte del montaje y resultaron heridos dos operarios, la Asociación de Moros y Cristianos de Almoradí ha cedido su castillo para el acto, pues el original está precintado a falta de la sentencia del juicio por las heridas de los operarios.

Lo que sí es seguro, según afirman desde la Junta Central de Moros y Cristianos, es que el año que viene el castillo se recuperará para escenificar la batalla, ya que, si no fuera posible reparar los daños del montaje accidentado, "se construirá uno".

La aplicación móvil de las fiestas aún no ha llegado a "iOS"

La aplicación móvil que recoge toda la información sobre las Fiestas de la Reconquista que la Asociación lanzó el pasado viernes aún no está disponible en todas las plataformas. Cuando ya faltan apenas tres días para que finalicen los actos, el "software" aún no ha llegado a la tienda de aplicaciones de Apple, por lo que todos los dispositivos que trabajan bajo el sistema operativo iOS no pueden acceder a esta información. Sin embargo, los usuarios de la plataforma móvil Android, que pertenece a Google, sí pueden bajarse la aplicación para sus dispositivos. Más de 50 usuarios ya llevan La Reconquista en la palma de la mano. El motivo del retraso en la tienda de aplicaciones de Apple es que la compañía tiene que aprobar el contenido para su lanzamiento al público. Maria Dolores Bernabé, creadora del software, ya anunció el pasado jueves que tardaría "unos días", que parece que se han extendido demasiado dejando fuera a los usuarios de la manzana. i. j. i.