"Esto es indigno, lo más indigno que he visto", dijo ayer el diputado socialista en las Cortes Valencianas Ignacio Subías. Estaba a las puertas del Centro de Salud del Rabaloche, o lo que es lo mismo, de un puñado de barracones en los que pasan consulta desde hace cuatro años ocho médicos y a los que acuden 20.000 pacientes de Orihuela y otros 10.000 de pedanías. La historia no es nueva: En 2003 se detectaron problemas estructurales en el viejo Centro de Salud y las consultas se trasladaron a un bajo alquilado de una antigua tienda de colchones, hasta que en 2008 la Conselleria de Sanidad comenzó a montar el complejo de prefabricadas en la parte trasera del Ayuntamiento y en 2011 detuvo el proceso de licitación y lo devolvió a su inicio. Los enfermos, mientras tanto, peregrinan de un centro de salud a otro para pruebas o especialidades que no caben en las prefabricadas. Para Planificación Familiar se les envía a Los Andenes, para rehabilitación van al "masificado" Álvarez de la Riva, Pediatría está en la calle Río...

Los pacientes, cansados de promesas electorales y de partidas presupuestarias que nunca se ejecutan, miraban con recelo ayer el desembarco político socialista. Subías prometió presentar una proposición no de ley para que el Centro de Salud se ejecute a la mayor urgencia, y aunque prevé que el PP la rechace considera que al menos el asunto volverá a debatirse. Antonia Moreno, portavoz del grupo municipal, anunció por su parte que desde Orihuela ya se ha decidido optar por la movilización vecinal. Manifestaciones, protestas, banderolas, recogidas de firmas... Son los mecanismos que el PSOE local piensa utilizar.

Sobre la posibilidad de que el Ayuntamiento costeara con fondos propios el edificio, Moreno rechazó la idea "por dignidad y porque hay que luchar". Repasó que la Generalitat no ha invertido nunca un solo céntimo en infraestructuras sanitarias de la localidad (el municipio pagó el Centro de Salud Álvarez de la Riva y el de Orihuela Costa y los consultorios de pedanías, y la Diputación el Hospital). Descartó renunciar a ampliar el Ayuntamiento para destinar los fondos al Centro de Salud, porque "no es ningún capricho, es un edificio que se amortizaría en dos años" teniendo en cuenta que cada ejercicio el consistorio paga 500.000 en alquileres.