En la última semana, el río Segura ha arrojado al mar algo más de 3,6 hectómetros cúbicos debido a la excelente situación en la cual se encuentran la práctica totalidad de embalses de la cuenca (a excepción hecha de La Pedrera, en la Vega Baja, que sigue al 25% con 62 hectómetros de los 246 hectómetros que constituye su capacidad máxima. El hecho de que algunos estén prácticamente al 100 y como medida de seguridad obliga al organismo de cuenca, a la CHS (Confederación Hidrográfica del Segura) a aumentar el caudal circulante por el río que, en estos momentos, está prácticamente al doble de lo que es habitual en esta época del año, lo que se deja sentir especialmente en los municipios por los cuales atraviesa y que han registrado una mejora de calidad del agua y la eliminación natural de lodos y, consecuentemente con ello, de olores.

La cuenca del Segura, según la CHS, almacena en estos momentos 807 hectómetros cúbicos, lo que supone un 71% de su capacidad y, lo que es más importante, una reserva hídrica importantísima para los dos próximos años. Hace una semana, el Segura tenía 797 hectómetros almacenados; es decir, 10 menos que ahora, pero 141 más que hace un año.

Por pantanos, el de Fuensanta, con 207 hectómetros (su capacidad es de 210) es el que está más a rebosar, con el 99%; le siguen Talave, con 31 hectómetros (35), y el 90%; el Cenajo, con 388 hectómetros (437, es el mayor de toda la cuenca del Segura), al 89%; y Camarillas, con 31 hectómetros (36), al 87%.

El PSOE de la Vega Baja, a través de su portavoz en temas medioambientales, Moisés Cruz, volvió a reiterar ayer que, independientemente del beneficio que supone para el medio ambiente el aumento del caudal y lo que ésto beneficia a especies vegetales y animales, es una pena que se esté perdiendo tanta agua que, en otras épocas del año tantas necesidades podrían cubrir no sólo del propio cauce sino del riego en una cuenca tan deficitaria como la del Segura.