El Molino de San Antonio, un referente cultural de Guardamar del Segura, cuya primera construcción data de 1662, se convertirá en un punto de encuentro turístico tras su transformación en estación de inicio para las rutas medioambientales y culturales, según confirmó ayer el periódico en fuentes municipales. El acondicionamiento de su entorno ha sido el primer paso para intentar poner en marcha este proyecto gracias a un plan de mantenimiento de la jardinería que ha incluido el suministro de agua potable la parcela.
La alcaldesa, Carmen Verdú, (PP) explicó que «el equipo de gobierno se ha interesado por los yacimientos del municipio durante esta legislatura pero también, de forma muy especial, por la parcela del Molino de San Antonio, y hemos efectuado actuaciones de mejora y conservación» que ahora permitirán llevar a cabo este proyecto. El concejal Jesús Huertas añadía que entre las labores que han realizado para mejorar el entorno también destaca la reforestación, la retirada de ejemplares afectados por el picudo, el saneamiento de todos los accesos o la instalación y renovación del riego por goteo».
Centros
De hecho, durante los últimos meses centros escolares de toda la comarca han solicitado visitas guiadas a este enclave medioambiental. El Molino fue adquirido por el Ayuntamiento en 1995 y un año más tarde, a través de la Casa de Oficios, se procedió a su rehabilitación. Ubicado junto a la presa o azud del mismo nombre, en la orilla derecha del río Segura, el Molino de San Antonio destaca visualmente entre todo el paisaje cultural.
Respecto a sus orígenes, existen referencias documentales datadas a mediados del siglo XIV, concretamente de 1662. En la cartografía histórica del siglo XVIII, el molino harinero aparece señalado junto al río Segura. Tras los terremotos de 1829 quedó seriamente dañado, aunque sin perder por completo su estructura.
