Sencillo pero desde el corazón. Guardamar del Segura rindió ayer un homenaje a la extensa trayectoria de uno de sus hijos, Monseñor Antonio Cartagena, quien desde que fue ordenado como sacerdote por el obispo Pablo Barranchina hace ya cincuenta años, ha dedicado toda una vida a difundir la palabra de Cristo, cumpliendo sus responsabilidades sacerdotales y docentes pero también colaborando con numerosas asociaciones de laicos y movimientos cristianos. Una vida «densa» de entrega, como indica su hermana, la religiosa Angelina Cartagena, en la que siempre ha tratado de que la iglesia esté al lado de la sociedad, escuchándola y apoyándola.

Decenas de personas acudieron ayer a la Iglesia Parroquial de San Jaime para participar en la eucaristía para celebrar el cincuenta aniversario de la ordenación de Cartagena quien actualmente es director del Secretariado de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal y espera continuar con su labor para seguir «sirviendo a la gente». Como él ha querido siempre, la celebración fue muy sencilla, sin lujos ni «vanidades» porque para Monseñor, lo importante es la Palabra de Dios. En este sentido, la eucaristía tuvo lugar la víspera de la celebración del Corpus Christi , festividad en la que, precisamente, se celebra el sacramento de la eucaristía por lo que estaba previsto que en el altar se colocara una espiga de trigo símbolo del pan que simboliza el cuerpo de Cristo y un racimo de uva aludiendo al vino que simboliza la sangre de Jesús. Tras la celebración de la eucaristía, que estuvo amenizada por La Coral Aromas de Guardamar, los presentes celebraron una cena de hermandad para cerrar este pequeño homenaje. Durante el acto, estaba previsto que la alcaldesa Carmen Verdú, entregara una placa conmemorativa para demostrar que su pueblo natal le profesa una profunda admiración.