El terremoto de 3,2 grados de magnitud en la escala Ritcher registrado a las 7.12 horas de la mañana de ayer despertó, literalmente, a buena parte de los vecinos de la comarca de la Vega Baja. El temblor, catalogado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de magnitud IV, es decir «ampliamente observado por la población», tuvo su epicentro a cinco kilómetros de profundidad al nororeste de la localidad, cerca de las lagunas de La Mata.

Según el responsable de adquisición de datos de la Unidad de Registros Sísmicos de la Universidad de Alicante, Pedro Jaúregui, la escasa profundidad del seísmo hizo que fuera percibido por la población con mayor intensidad. El temblor se prolongó durante varios segundos, poniendo en alerta a numerosos vecinos que se vieron sorprendidos por el temblor y, sobre todo, «por un fuerte estruendo», tal y como apuntó una residente de Los Montesinos a este medio.

A pesar del impacto que causó en la población, no hubo que lamentar daños materiales, tal y como apuntaron los equipos de emergencias a este diario. Sin embargo, el servicio de atención a emergencia del 112 registró once llamadas de vecinos alertados por el seísmo, aunque no fue necesaria ninguna atención ni por parte de la Policía ni por el equipo de Bomberos.

La intensidad del seísmo ha hecho que el temblor se sintiera hasta en poblaciones de la vecina comunidad de Murcia. De hecho, el IGN eleva a magnitud IV el temblor en San Javier y San Miguel de Salinas. Otras poblaciones de la comarca en la que retumbó la tierra fueron Algorfa, Almoradí, Benejúzar, Benijófar, Bigastro, Ciudad Quesada, en Rojales, Dolores, Guardamar y Torrevieja, donde la intensidad fue de magnitud III. Con menor intensidad (II) lo notaron los residentes de Callosa, Orihuela y San Pedro del Pinatar.

Estos movimientos sísmicos son muy habituales en la comarca de la Vega Baja. No en vano se trata de una de las zonas con mayor riesgo sísmico de España, aunque no se registraba un temblor de similares características desde mayo de 2012 en Guardamar del Segura. En lo que va de siglo, los temblores más intensos en la comarca se han registrado en Torrevieja, en junio de 2003 (3,9) y en Algorfa y Rojales, de 3,4 grados en 2008 y 2013, respectivamente.