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Orihuela

El pleno se da un baño de oriolanismo

Los ediles aparcan sus diferencias e impulsan un doble consejo que defina las políticas de futuro

El pleno se da un baño de oriolanismo

Quizá fuese un espejismo pero ayer los 25 concejales del Ayuntamiento de Orihuela parecían más un equipo que remara todos a una que un ejército de siglas y empeñados más en pisar al de al lado que en aportar propuestas en beneficio de la ciudad. Cierto es que las tres más importantes que se sacaron adelante, y lo son porque tocan turismo y cultura, fueron iniciativas de la oposición -dos del PSOE y una de Ciudadanos-, pero tanto da porque todos estaban de acuerdo y el beneficio, si los proyectos se ponen en marcha, tendrían que haber sido ya y desde hace mucho tiempo parte de la columna vertebral que decidiera cómo Orihuela tiene que gestionar su patrimonio.

Así, en la misma sesión coincidieron ayer dos iniciativas para la mejora del turismo y de la cultura, dos términos que en este municipio prácticamente se confunden en muchos aspectos. Así, la concejala Carmen Gutiérrez (PSOE) defendió la creación de un Consejo Local de Cultura, del que explicó pormenorizadamente su funcionamiento, su sistema de trabajo y, lo que es más importante, que integraría a todos los elementos de la ciudad: desde asociaciones a artistas o vecinos, todos aquellos que quisieran sumarse y que se organizaría con varias mesas de trabajo para definir sus aspectos de trabajo y funcionamiento. Gutiérrez se apoyó en ideas que surgieron y triunfaron el pasado mandato, caso de la recuperación del barrio de San Isidro gracias a sus espectaculares murales; y cuando le tocó el turno a Ciudadanos su portavoz, Juan Ignacio López-Bas, no sólo le dio su apoyo -como ya había hecho Foro y Cambiemos- sino que planteó que la propuesta que iba a presentar a continuación, que era la creación de un Consejo Municipal de Turismo, también saliera adelante y al unísono porque, pese a tratarse de materia distinta, el objeto final prácticamente es coincidente. Y todo el mundo, por extraño que parezca, estuvo de acuerdo.

Ver a los 25 concejales levantar la mano para dos asuntos -se votaron uno tras otro- de calado para Orihuela era una imagen que no se veía hacía mucho; otra cuestión es si las palabras dejarán paso a los hechos. Tal fue la unanimidad que sobre la propuesta de Gutiérrez nadie puso reparo, ni siquiera se tuvo en cuenta que el municipio gestiona su cultura a través de una empresa pública, Orihuela Cultura, con la que evidentemente si no choca poco le falta. Pero ayer no había nadie que reparara en ello.

La otra propuesta que contó con la unanimidad de los 25 concejales fue una iniciativa del socialista Antonio Zaplana para que los propietarios de inmuebles en el casco histórico puedan recibir subvenciones a cambio de adecentar fachadas y acabar con la imagen de ruina en la que muchos se han convertido. Cambiemos Orihuela, con Marta Guillén, propuso con mucho sentido que no sólo es preciso mantener las fachadas sino también el interior. El PP presentó una enmienda para fijar unos máximos de subvención, que son de 120 euros para proyectos y de 600 para trabajos.

Y, aunque de mucho menor calado, también salió adelante una iniciativa para que Orihuela se integre en una Asociación Española de Parques y Jardines a propuesta de Ciudadanos, lo que permitirá que se controle por este colectivo -a cambio de un precio irrisorio que López-Bas cifró en 200 euros-, el estado de las zonas verdes del municipio pero, especialmente, las de la costa, donde todos admitieron las deficiencias que presentan.

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