El cariño que le guarda la totalidad de Los Caballeros del Rey Fernando, a los que tendrá el honor de representar este año, es lo que ha llevado a José Rubio a ostentar el título de embajador cristianoJosé Rubioembajador cristiano. Un bando al que ha sido fiel toda la vida, pues tras la desaparecida comparsa de los Infantes de Aragón, y pese a que gran parte de su familia estaba en el bando moro, quiso «marcar la diferencia» y continuar junto a los de la cruz, en su actual comparsa. A la alegría de la embajada se junta la del nacimiento hace unos meses de su primera hija, que hará de estas fiestas un momento inolvidable para el embajador.
¿Qué sintió cuando le comunicaron la noticia?
Fue hace más de un año y medio. Las embajadas hay que prepararlas con tiempo, a unos dos años vista. Me lo propuso el presidente. Me quedé en shock. Normalmente es un cargo relacionado con gente poderosa económicamente o gente importante. Me dijo que me lo merecía porque toda mi comparsa me quiere. Les pedí tiempo para valorar todas las circunstancias: económicas, familiares... Aún así quise que fuera una sorpresa para la comparsa y para la gente de Orihuela y mantuve el secreto hasta el final. Quería que sintieran la misma sorpresa que sentí yo cuando me lo comunicaron.
¿Un sueño cumplido?
Así es. Es un sueño cumplido. A veces uno piensa que es imposible pero no es inalcanzable. A mí me gusta trabajar por la comparsa y demás pero nunca me había postulado para ningún cargo. Al final ves que cualquiera puede ser embajador.
¿Qué puede adelantar del secreto mejor guardado: el boato?
Va a ser una embajada que recordarán los festeros durante mucho tiempo (se ríe). Vamos a intentar que sea muy agradable. Cuando un embajador tiene buenas espaldas económicas la gente se espera algo grande. Yo soy una persona normal, y como no tengo que demostrar nada a nadie, la gente solo espera de mí que me lo pase bien, y yo que se lo pasen bien conmigo. Va a ser una embajada de creatividad e imaginación. Hemos realizado eventos para sacar algo de dinero. Cuando me nombraron embajador, toda la comparsa me dio su apoyo y está en cada momento arropándome. Y eso no se compra con dinero.
¿Por qué moro y no cristiano?
De pequeños mis padres me introdujeron en la desaparecida comparsa de los Infantes de Aragón, así que siempre he estado vinculado al mundo cristiano, tengo muchos recuerdos pasándolo muy bien. Cuando desapareció, toda mi familia estaba en una comparsa mora, pero como soy tan cabezón, me fui a una cristiana. Pero no me importaría estar en el bando moro.
¿Cuál el momento que espera con más ilusión?
El Día del Pájaro. Es el más intenso, por todo lo que representa. El poder procesionar y desfilar junto al pendón de la señera, es un privilegio. Después me hace mucha ilusión, desde mi posición, ver cómo sale toda mi comparsa y voy yo detrás, creo que será muy emocionante.
¿Qué mejoraría de La Reconquista?
Ahora que estoy en el otro lado de la fiesta creo que lo que hay que mejorar es la unión, que haya más hermanamiento entre los festeros y unificar posturas, dejándonos de rencillas.
¿Qué hace únicos a los Moros y Cristianos de Orihuela para ser declarados de Interés Turístico Nacional?
Que engancha a cualquier persona que venga de fuera y vea las entradas, el despliegue de trajes, la luz, el brillo de los desfiles, o la gente tan coordinada que hacen posible los boatos tan atractivos. Cómo va abriendo la Armengola, algo que no tienen en otras ciudades y que hace que se merezca una proyección más lejos de la Comunidad Valenciana (la fiesta es ya de interés turístico a nivel valenciano).
¿Cómo explicaría las fiestas a esas personas que vienen de fuera y que nunca han visto los festejos?
Desde el punto de vista histórico de La Reconquista. Desde el pacto de Teodomiro hasta la importancia que adquiere la ciudad y por la que han pasado numerosos reyes. La Reconquista es historia hecha viva. De lo que representamos no se ha inventado nada, se trata de poner en las calles la historia de Orihuela.
