El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha rechazado las alegaciones presentadas por 60 familias de Callosa de Segura que presentaron reclamaciones al considerar que sus propiedades habían sufrido daños de diversa consideración durante la ejecución de las obras del nuevo trazado ferroviario, que dará servicio a los trenes de alta velocidad y a la red de cercanías que conecta Alicante y Murcia.
La decisión de Adif de no abonar ni un euro a los vecinos no abonar ni un euro que se consideran afectados ha sentado como un jarro de agua fría en el municipio, por lo que se preparan ya nuevas alegaciones ante una decisión que consideran injusta. Fuentes municipales informaron ayer que el Ayuntamiento prestará asesoramiento a todos los propietarios perjudicados con el objetivo de intentar que puedan acceder a ayudas económicas para rehabilitar sus viviendas.
Las casas que han podido resultar afectadas por estos hechos se encuentran a escasos metros de las dos bocas de acceso al túnel ferroviario. El trazado discurre por el interior de la Sierra y los perjudicados son residentes de la zona ubicada en el límite entre Cox y Callosa y los del barrio Ciudad Jardín. En marzo del pasado año este diario visitó algunas de esas viviendas y comprobó que muchas de ellas mantienen grandes grietas que se han ido abriendo en paredes y techos y que los vecinos achacan a los trabajos para habilitar la galería en el interior del macizo rocoso. En esas zonas se realizaron voladuras con dinamita durante los primeros meses de ejecución de la obra y desde entonces el tránsito de maquinaria pesada ha sido constante. Según los afectados, esa actividad provocó vibraciones y movimientos de tierras que habrían afectado a la estructura de algunas de las viviendas.
Antes de comenzar las obras técnicos vinculados a Adif visitaron decenas de casas para realizar inspecciones oculares e informes provistos de fotografías para documentar su estado inicial. No obstante, algunos vecinos prefirieron contactar con técnicos privados para realizar informes complementarios. Durante la duración de los trabajos algunos de las familias ya presentaron sus reclamaciones, pero fueron desestimadas alegando en algunos de los casos que «las anomalías detectadas habría que buscarlas en factores como defectos constructivos, variaciones de dimensiones de los materiales como consecuencia del efecto higrotérmico o el normal deterioro de los materiales con el paso del tiempo».
