Más de un centenar de personas participaron ayer en la manifestación convocada por La Falange La Falangepara pedir que la Cruz de los Caídos de Callosa se quede donde está, en la Plaza de España, y que el Ayuntamiento renuncie a quitarla, como se aprobó en Pleno en virtud del cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, texto que los falangistas, además, pidieron derogar. Sin embargo, y pese a que el motivo de la manifestación era la cruz Callosina, los gritos de exaltación a la figura de Primo de Revera, la presencia de banderas preconstitucionales o las alusiones al régimen de Franco, estuvieron casi más presentes que la escultura callosina. De hecho, la protesta culminó con los participantes entonando el Cara al Sol en la Plaza de España, junto a la Cruz. Cabe destacar que prácticamente la mitas de los manifestantes llegaron a Callosa desde Madrid, en un autobús con 65 simpatizantes de La Falange, según confirmó la propia formación.

Gritos del tipo «PP, PSOE, la misma mierda es» y otros aspectos ideológicos relacionados con La Falange dieron un tinte político a lo que, los defensores de la Cruz en la localidad, siempre han calificado como un movimiento ciudadano. Y pese a que la Plataforma en Defensa de la Cruz de Callosa apuntó a que se desligaba de esta convocatoria, uno de los sus miembros, Carmelo Bernabéu, participó en los diferentes manifiestos que se leyeron en la Plaza de España para defender la Cruz, y lo hizo, en palabras de Juan Pedro Marín, jefe territorial de La Falange de la Comunidad Valenciana, como «la voz del pueblo y de la Plataforma».

Sin embargo, el discurso más incendiario llegó de la mano de Manuel Andrino, líder de La Falange a nivel nacional, quien aseguró que «nos sentimos herederos de aquella primera Línea de La Falange, que peleó a puñetazos, a porrazos y a tiros cuando hizo falta, las calles y plazas con los enemigos de España y su tradición católica», y calificó de «basura» la Constitución de 1978 y deseó que uno de sus padres, Santiago Carrillo, «se esté pudiriendo en el infierno». Los insultos y descalificativos fueron una constante, desde el «bastardo Zapatero», que aprobó la Ley de Memoria histórica, hasta los «imbéciles que han redactado el panfleto» contrario a sus ideas en cuanto a la Cruz callosina. Por tanto, también afirmó que «nos sentimos herederos de La Falange de la sangre, que supo dar respuesta a los asesinatos de nuestros camaradas».

Pese al elevado tono del discurso, la protesta se desarrolló sin incidentes destacados, salvo aislados episodios en los que un grupo de personas que contempaban la manifestación pidió que se retiraran las banderas pre-constitucionales, a lo que los manifestantes respondieron insultos, cortes de manga y pequeños enfrentamientos verbales, que originó la breve intervención de la decena de unidades de la Guardia Civil que controlaban la protesta.