José Sáez Sironi tiene desde anoche, tras alcanzar el respaldo de la familia de la Semana Santa de Orihuela, la misión de cerrar de una vez por todas una herida en la Junta Mayor, una herida abierta a raíz de la salida del presidente Ignacio Martínez quien, al año de ser reelegido no le quedó otra que tirar la toalla. Fue a mediados del pasado mes de mayo, cansado y agotado, porque no había encontrado la sintonía que esperaba en una buena parte de los cofrades con los que dirige los destinos de la Pasión de Orihuela. Había ganado por pocos votos frente a Mariano Cecilia y aquello demostró que había una división latente. Los meses siguientes no sirvieron a Ignacio Martínez para mucho más que para darse cuenta que, teniendo o no la mayoría, una buena parte de cofrades lo veía como un problema. Cuando se marchó, después de Semana Santa y tras haber hablado con el obispo, Jesús Murgui, no tuvo ningún reparo en exteriorizar y hacer público cuales habían sido los motivos y eso, se quiera ver o no, no gustó. Él entendió que esa su obligación: explicar las razones de un repentino adiós y lo hizo con mucha amargura.
Esperar
Desde entonces y hasta ayer, la familia de la Pasión oriolana ha estado esperando un mirlo blanco que pudiera ser el primer paso para resolver los problemas que se generaron con esa herida. Han hecho falta algo más de un mes, pero ya está.
José Sáez Sironi fue el único aspirante al cargo, tal y como adelantó INFORMACIÓN, lo cual dice mucho del elevado grado de consenso que tuvo el que anunciara pronto que iba a dar el paso. Un consenso que, por otra parte, es consecuencia de llevar como otros muchos en Orihuela una vida dedicada a la Pasión. Y ayer, cerrado el plazo, se procedió a la votación con el único candidato en lo que no era un mero trámite porque el aspirante lo que quería y logró era un refrendo de la Junta Mayor. Saber si contaban con él para dirigir la nave.
Sáez Sironi sorprendió a todos queriendo dirigirles unas palabras antes de la votación, según explicaron posteriormente algunos de los cofrades asistentes. A todos les habló de unidad en un discurso continuista con el que marcó cuáles serán sus objetivos y que, por otra parte, no se alejan mucho de los del resto de cofrades: la mejora del Museo de Semana Santa o el mantenimiento de la tradición por encima de todas las cosas, aunque sin perder de vista la necesidad que existe siempre de modernizar algunos aspectos y sin olvidar nunca que el objetivo de todos siempre es y será la divulgación de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional.
De los 44 miembros natos de la Junta Mayor acudieron 41 al acto de ayer. Treinta y cinco votaron a favor y otros seis en blanco. Supuestamente, entre estos últimos debieron estar los votos que emiten tanto la Iglesia como el Ayuntamiento. Al terminar la votación recibió mil felicitaciones de sus compañeros. El nuevo presidente tendrá que tener un primer encuentro en los próximos días con el obispo, pero a partir de hoy comienza el duro trabajo que fructificará en la Semana Santa 2018.
