La apertura de un centro de culto árabe en la calle Ocho de Diciembre de La Murada ha generado una enorme alarma social en esta pedanía oriolana. Los vecinos presentaron en junio más de mil firmas en el Prop para que el Ayuntamiento de Orihuela aclarara qué tipo de actividad se estaba llevando a cabo en ese local y si contaba con la preceptiva licencia de apertura. Cuestiones que, cuatro meses después, no han sido aclaradas por el Consistorio.

La edil de Bienestar Social, Sabina Galindo, dijo a los vecinos que iba a destinarse a Centro Social Integrado Educacional para niños musulmanes, pero estos niegan que sea ese el uso y dicen tener constancia, también fotográfica, de que al local acuden sólo adultos a rezar con un tránsito continuo de personas , incluso de noche, por lo que «es evidente que es más una mezquita dentro de un bungalow que un centro social de integración educacional como dijo la concejal», señaló un portavoz de la Asociación de Vecinos de La Murada.

Los muradeños muestran su «preocupación y desconcierto» por «el secretismo con el que, primero, se hicieron unas obras que se prolongaban hasta altas horas de la madrugada y, segundo, el conocer qué actividad se realiza junto a nuestras casas», manifiestan las mismas fuentes.

Reunión

Los vecinos, que se han reunido esta semana, no descartan llevar a cabo movilizaciones si el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, no les aclara el tipo de actividad que se realiza en el local y si cuenta con todos los permisos. Recuerdan que hace 4 meses solicitaron al regidor una reunión «sin que éste se haya dignado a recibirnos».

Representantes de la asociación vecinal se han dirigido al registro del Ayuntamiento para preguntar por el tipo de licencia del centro y si cumple con el planeamiento actual de la ciudad «pero tras nuestra visita seguimos sin conocer estos datos».

Los vecinos indican que no tienen nada en contra de la religión musulmana y que su interés es sólo aclarar «qué actividad se está realizando en una zona residencial y si tienen permiso para haberla puesto en marcha». El local alquilado está vinculado a la familia de la edil popular Sabina Galindo, que es vecina de La Murada.