El edificio La Ballena de Torrevieja caerá antes de Semana Santa. Los trabajos de demolición comenzaron hace un mes y, aunque todavía se conservan sus cinco plantas, ya están desapareciendo sus elementos interiores. Los operarios están derribando los tabiques y en pocas semanas empezarán a trabajar con maquinaria pesada para derruir desde arriba hacia abajo la estructura principal. Por delante queda un trimestre de obras.
El inmueble fue declarado en ruina hace casi 12 años y los vecinos que quedaban fueron desalojados. Ocurrió en mayo de 2006. No obstante, es ahora cuando la administración local está llevando a cabo la demolición ya que los propietarios no quisieron hacerse cargo. El abandono del inmueble ha generado numerosas quejas durante todos estos años debido a su situación de insalubridad, con la proliferación de plagas de insectos y roedores que afectaban, sobre todo, a los residentes en edificios colindantes.
Tal y como recomendaron los técnicos, el trabajo se está haciendo poco a poco para evitar que la estructura colapse y se acabe desplomando, lo que pondría en peligro las edificaciones ubicadas a su alrededor. Los trabajos de demolición fueron adjudicados por el Ayuntamiento a una empresa de Navarra especialista en derribos. La administración local pagará por el trabajo 230.000 euros.
La tramitación de este asunto no ha resultado sencilla y se ha demorado casi dos años. El Ayuntamiento, y en concreto la Concejalía de Urbanismo, dirigida por Fanny Serrano, inició un concurso público al que se presentaron tres empresas. El precio de licitación era de 369.000 euros y la mercantil que presentó la mejor oferta fue descartada por no cumplir los requisitos de solvencia. La segunda renunció a realizar el trabajo.
Uralita
Las primeras tareas llevadas a cabo han consistido en retirar los elementos de uralita que había ajustándose al protocolo de seguridad para estos casos, al estar considerada como un material peligroso. También se han eliminado los escombros y la basura acumulados durante años. Igualmente, se ha rescatado a varias colonias felinas que allí habitaban.
Una vez finalizados los trabajos, el Ayuntamiento intentará repercutir el coste a los propietarios del inmueble, que son un total de 29, entre los que se incluyen entidades bancarias. El consistorio intermedió durante años para que afrontaran el coste de rehabilitar el edificio o su demolición, que costaba casi lo mismo, sin conseguirlo. Al suponer un peligro para la seguridad pública, la administración local ha acabado asumiendo los trabajos.
