La Concejalía de Medio Ambiente ha comenzado las actuaciones de recuperación ambiental y mantenimiento del entorno del Soto I5, más conocido como del Molino de la Ciudad, en la margen izquierda del río Segura.
El objetivo es que el soto del Molino de la Ciudad se convierta en "un espacio de educación ambiental para el avistamiento de aves y que sea considerado espacio humedal dentro de la Comunidad Valenciana y de especial protección", ha subrayado. Estas intervenciones, que se están realizando en esta época del año porque no hay anidación, también eliminarán especies invasoras para sustituirlas por autóctonas.
"La recuperación del entorno del cauce del río en el casco urbano, desde la zona de Ociopía hasta los tubos del trasvase, era uno de los objetivos que teníamos planeados dentro de esta legislatura", ha explicado el edil Dámaso Aparicio, que ha añadido que "la zona se ha convertido en un corredor verde natural para el disfrute de la ciudadanía". Incluso, ha manifestado "a partir de la pandemia vemos cómo se utiliza más para pasear".
María García Sandoval, coportavoz de Cambiemos, que también ha participado en la iniciativa, ha señalado la colaboración que existe con la concejalía, así como la predisposición para la recepción de propuestas en la renaturalización del cauce del río y la repoblación con especies autóctonas. Su grupo ha sido intermediario entre la Asociación de Naturalistas del Sureste [ANSE] y la concejalía de Medio Ambiente para actuaciones como en los huertos urbanos y el Palmeral", ha recordado.
Por su parte, Ángel Dolón, representante de la asociación de Faunatura, ha explicado que el futuro de las ciudades pasa por compatibilizar la biodiversidad y la sostenibilidad con el uso y disfrute de estos espacios, como el Molino de la Ciudad: "Es un sitio donde anidan multitud de aves". Por ello, esta organización colaborará para "el disfrute y aprendizaje sobre su entorno más natural".
En opinión de Jorge Sánchez, biólogo de ANSE, "es una oportunidad para la recuperación del bosque ribera en esta zona del Segura". Así, ha indicado que "con agua regenerada podemos establecer formaciones de alameda termófila, que es el ecosistema de referencia que debería existir pero que prácticamente está desaparecida".
Además, ha recalcado que "el bosque ribera tiene la ventaja de regenerarse muy rápido, lo que le convierte en una inagotable fuente de CO2, además de cobijar especies como el pájaro Moscón o el Zarcero Bereber, que esperamos que regresen a este lugar".
Esta primera actuación, con una inversión de 27.592 euros, ocupa una superficie de 26.000 m², de los que 7.000 suponen el lecho de la laguna que hay en su interior, que se alimenta por el nivel freático (aunque con la modificación del cauce que se realizó en los años 80 el soto quedó separado, al estar ubicado por debajo del río se mantiene una presencia continua de agua).
