El Ayuntamiento de Almoradí, con un presupuesto de 5 millones de euros -la mitad procedente de las arcas municipales mientras que los otros 2,5 millones son de las ayudas por emergencias que el municipio recibió por parte del Ministerio-, está ultimando una serie de actuaciones en las zonas más afectadas por la DANA de 2019, sobre todo en el centro de la localidad y en los barrios del Saladar, Raiguero, Camino de Catral, la Erica y Moñino.
Las mejoras consisten en el cambio de asfaltado y de saneamiento, así como el reemplazo del alcantarillado original que data de 1970, "totalmente dañado y que estaba ocasionando problemas a la ciudadanía", explica Miguel Gascón, concejal de Urbanismo. "Son obras muy complejas de realizar por estar en el subsuelo del municipio, pero siguen siendo necesarias y de gran relevancia para la mejora de la calidad de vida de los vecinos de la localidad", añade el edil.
Así, hasta el momento ya se ha ejecutado un 70% del proyecto y se concluirá en junio, cuando se termine el otro 30% pendiente, que corresponde a toda la red de saneamiento en el Camino de Catral y una nueva toma de agua potable.
La gota fría también puso en evidencia el grave problema que supone contar con una sola toma general de agua que cruza el río Segura desde Algorfa, lo que supuso que en el fatídico episodio de 2019 el municipio se quedara más de cinco días sin agua potable. "Para que no vuelva a ocurrir vamos a contar con una segunda toma desde Catral para garantizar el suministro", apunta Gascón.
La rotura del río Segura en el puente de Algorfa, la zona cero de la catástrofe, provocó la salida de más de 11 millones y medio de metros cúbicos que acabaron inundando Almoradí. Sumando varios factores, como que las lluvias torrenciales también produjeron escorrentías, se dio la tormenta perfecta que rompió el alcantarillado, el saneamiento, las acometidas y la red de agua potable.
Con la DANA resultaron dañadas numerosas infraestructuras hidráulicas, así como el asfaltado, viviendas y edificios públicos, como fue el caso del Centro Cívico de El Saladar. Cuando terminen las actuaciones previstas se habrán realizado 25 kilómetros de nuevas conducciones entre alcantarillado y la red de agua potable en todo el término municipal, además de mejorar la gestión de las aguas residuales, un servicio básico imprescindible para la salud de las personas.
Ya en mayo del año pasado el Ayuntamiento anunció este proyecto que entonces iba a llevar a cabo como la mayor inversión de su historia en el desarrollo de su territorio. La alcaldesa del municipio, la popular María Gómez, anunciaba así el inicio de las obras necesarias para reparar y mejorar infraestructuras hidráulicas y espacios y viales afectados por la DANA, que finalmente comenzaron en agosto.
El municipio, como los otros 26 ayuntamientos de la Vega Baja, insisten desde 2019 en seguir trabajando el tiempo que haga falta para hacer nuevas infraestructuras para que próximas inundaciones tengan efectos menos terribles. También el Consell ha habilitado ayudas directas para facilitar la inversión en sistemas urbanos de drenaje sostenibles, siendo Almoradí el segundo municipio con mayor cuantía (1,4 millones), solo por detrás de Orihuela (3,2 millones). Le siguen Dolores (900.000), Callosa (758.000), Torrevieja (580.000) y todos los demás con unos 400.000 euros.
