Uno de sus perros, «Toti», murió a principios del pasado mes de enero tras precipitarse al vacío en un pozo de 64 metros de profundidad en Albatera y después de algo más de tres meses sigue abierto y sin señalización. Así lo denuncian unos senderistas que quieren alertar del peligro y reclaman al Ayuntamiento de Albatera que ponga una solución a este problema antes de que ocurra una desgracia mayor. Aseguran que hay al menos tres pozos a ras del suelo que ni están señalizados ni cuentan con medidas de protección para evitar accidentes graves, por lo que cualquier persona, especialmente menores de edad, pueden ser víctimas de una caída mortal que puede evitarse.
Desde el Ayuntamiento de Albatera, su alcaldesa, Ana Serna, ha asegurado a este diario que los pozos estuvieron sellados en su día y achacó al vandalismo que no estén tapados ahora, algo que se ha comprometido a poner solución.
El accidente mortal del perro «Toti» ocurrió en una ruta para senderistas en la conocida como Rambla Salada de Albatera. Los senderistas iban paseando con cuatro perros «cuando se escuchó un eco superfuerte», relata Carlos. No tardaron en ver «un pozo a apenas veinte centímetros de la senda» y aunque temieron los peor buscaron por la zona al perro que les faltaba. «Toti» no apareció y poco después pudieron verificar con una cámara que el animal estaba en el fondo del pozo.
Contactaron con la Policía Local de Albatera, una patrulla acudió al lugar y tras decirles que no era su competencia porque esa zona pertenecía a Hondón de los Frailes se ofrecieron a llamar a los Bomberos, aunque «advirtiéndonos de que el rescate debíamos pagarlo nosotros».
En un principio dijeron que sí, pero acabaron anulando el servicio porque «el perro estaba muerto y el riesgo no es proporcional». A través de amigos se les ofreció la posibilidad de que rescataran el animal de forma altruista y así lo hicieron. Tres especialistas acudieron a la zona y pudieron sacar el cuerpo del perro muerto, que estaba a 64 metros de profundidad.
La lucha posterior de estos senderistas para conseguir que alguien cierre estos pozos de tal forma que no pueda caer nadie al interior continúa cuatro meses después del accidente mortal de «Toti». Carlos explica que acudió al Ayuntamiento de Hondón de los Frailes tras las indicaciones de la Policía Local de Albatera y cuando se dirigían al lugar con un técnico y unos agentes para comprobar el peligro de los pozos detuvieron la marcha. El técnico municipal dijo que ese término correspondía a Albatera, por lo que vuelta a empezar. No obstante, dicho técnico y la Policía Local de Hondón de los Frailes les dijeron que se iban a poner en contacto con el Ayuntamiento de Albatera para alertarles del peligro existente con estos pozos.
Los senderistas acudieron entonces al Ayuntamiento de Albatera, pero «no daban facilidades, había que presentar una instancia general para que se tapen los pozos y después de marearnos le dije que cuando pudiera el técnico que me llamara. Y aún estoy esperando», señala Carlos.
Además del Consistorio, Carlos afirma que intentaron presentar denuncia ante la Guardia Civil, pero «dijeron que como los pozos están en suelo público no podía, si fuese privado sí la admitían».
La alcaldesa de Albatera, Ana Serna, asegura que la Sociedad de Cazadores les alertó en su día de la existencia de pozos sin sellar y se taparon con forjado de hierro, pero estos fueron arrancados por vandalismo, presumiblemente para vender luego el metal. Serna indicó que se sellarán y que si hay alguno en terreno privado se notificará al dueño para que adopte medidas de protección.
