Bajo el embrujo de las mil y una noches, la recepción del Embajador Moro, Francisco Marcos, fue solo un anticipo con una velada llena de música, bailes y espectáculo en un escenario de cuento donde los asistentes se trasladaron a un auténtico palacio árabe. Esta noche se han superado las expectativas con unos -más que espectaculares- majestuosos Moros Musulmanes Escorpiones que en su quinta embajada de la historia han mostrado el magnetismo de la media luna.

Orihuela se ha teñido de dorado y negro, los colores oficiales de la comparsa, para no dejar ningún atisbo de duda: la ciudad y su castillo -en forma de gran carroza- son territorio musulmán. Estandartes, banderas y un tapiz de colores brillantes a base de confeti han precedido a las huestes durante todo el camino como una guía en la batalla. 

Han sonado vibrantes y atronadores tambores de guerra para dar la voz de alarma ante la llegada del enemigo. Ha habido una respuesta contundente por parte del embajador y sus gentes, preparados para la lucha sin descanso. Caballos y guerreros emires han mostrado un derroche de poderío. Hombres-escorpiones contra los cristianos invasores ante la mirada atónita del público. 

Entretanto, la sensualidad y la suntuosidad. Ha llegado un bloque femenino que ha representado la convivencia y la vida familiar puertas adentro. Una carroza a modo de patio infantil y un despliegue de lujosos ropajes para asistir a las ceremonias de bienvenida a la Favorita del Embajador. Las reinas invitadas de diferentes países han acudido al gran acontecimiento para brindar por la preferida y su hijo, que también han aparecido sobre una carroza con un asiento vacío y un bastón, en recuerdo de la fallecida Encarna Cartagena, Escorpiona y Armengola en 2005.

También dedicado a ella ha actuado el ballet "Luz y aroma del desierto" con vaporosos tejidos fucsias y dorados en pleno movimiento. Creado especialmente para la ocasión, nada menos que 30 bailarinas ham danzado con lámparas árabes, como un faro guía hacia palacio, dejando a su paso un rastro de humo y un intenso olor a incienso. La escena se ha completado con una escolta de mujeres y valientes guardianas a caballo, así como una custodia de guerreros mitológicos.

Después, le ha tocado el turno a la parte más guerrera. Ha habido una gran demostración de fuerza por parte del Embajador Moro con un conjunto infranqueable para los cristianos. Se han ido sucediendo sus más fervientes sirvientes dispuestos a dar la vida por él. También han marchado sus guerreros más fieles a lomos de caballos. No han faltado las invocaciones a los dioses y la magia de los brujos antes del fragor de la batalla.

Una potente y temible escolta sobre una carroza -la quinta del desfile- arrastrada por diez dromedarios ha anticipado el gran momento, que también ha generado polémica: la llegada del Embajador Escorpión, Francisco Marcos, con sus dos hijas sobre el símbolo de su comparsa. Como en un trono, portado a hombros, el líder musulmán ha dirigido a sus tropas y ha comandado la batalla haciendo casi imposible a los cristianos la conquista.

Los subsaharianos que portaron al embajador moro de Orihuela discuten en mitad del desfile

Los subsaharianos que portaron al embajador moro de Orihuela discuten en mitad del desfile INFORMACIÓN

Además de las 10 filas de la comparsa, tres escuadras más en una noche de récord con 10 bandas de música en la que han participado mil músicos, como aquel concepto infinito de las matemáticas árabes. Números astronómicos y desbordantes, como han sido estas fiestas del reencuentro, en una Embajada Mora cuyos ecos resonarán por mucho tiempo en Uryula.  

Una multitudinaria entrada

A los Moros Musulmanes Escorpiones, en los que este año ha recaído la Embajada Mora, le han seguido el resto de comparsas del bando moro en este orden: Moros Almohábenos, Negros Egipcios, Moros J'Alhamed, Moros Abdelazíes, Moros Realistas, Beduina Moros Muladíes, Beduina Moros Bedawies, Moros Almorávides, Moros Viejos de Abez Mohor, Moros Nazaríes de Abén-Humaya. La Armengola, Elisa Gil, ha estado escoltada por los componentes de su fila Kalahari y los de Ashanti.