El Ayuntamiento de Orihuela prepara una nueva modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para cambiar el uso de cuatro parcelas de dotacional privado (para equipamiento deportivo, administrativo, sanitario y cultural) a residencial. En concreto, suman 14.000 metros cuadrados, con una edificabilidad de 4.604, en donde se construirían 58 viviendas. Todo ello a propuesta de la empresa constructora, que justifica el cambio porque son los únicos terrenos sin construir en el sector C-1 de Playa Flamenca, por lo que su urbanización «crea ciudad» dentro de un planeamiento desfasado de hace casi 40 años que ha demostrado ser «infructuoso», al no haberse logrado la ocupación efectiva del uso dotacional, y «fallido» por «el hecho de que las parcelas sigan sin edificación».

El proyecto linda con la calle Nicolás de Bussi y está próximo a equipamientos públicos como el colegio Los Dolses y el mercadillo de Playa Flamenca, en una zona donde el precio está a 2.155 euros el metro cuadrado y en un litoral especialmente urbanizado en el que vecinos y turistas suelen demandar servicios e infraestructuras.

Además, el agente urbanizador señala en el borrador que «la previsión del planeamiento vigente, que data de los años 90, ha resultado infructuosa, en cuanto a la calificación urbanística de las parcelas dotacionales privadas». Entre las causas de ese «fracaso», indica que el diseño de los equipamientos privados no ha generado interés comercial o que ya «existen equipamientos colindantes destinados a este mismo uso, que colman las necesidades de la población, especialmente los deportivos», citando como ejemplo el Centro Deportivo Municipal de Orihuela Costa.

Por Providencia de la alcaldesa de Orihuela, Carolina Gracia, que dispuso someter el borrador a consultas, el concejal de Urbanismo, José Aix, ha remitido el documento al Servicio Territorial de Urbanismo. Como explica el texto, «esta modificación responde a la necesidad de adecuar las determinaciones del planeamiento vigente a la problemática generada desde su aprobación definitiva hace casi 40 años, al no haberse logrado la ocupación efectiva del uso dotacional privado ofertado en el planeamiento».

El promotor presenta cuatro alternativas. Una de ellas, que mantiene el uso actual de las parcelas, sin el cambio solicitado, se descarta porque «viendo que no ha habido un desarrollo del planeamiento previsto en ellas, supone una reducción de la calidad paisajística general», especialmente en uno de los solares, que ahora se utiliza como zona de acopio de materiales y restos de obra, «descuidándose por completo la imagen exterior del cercado, así como el interior de la parcela», detalla el borrador.

Por ello, añade que «cualquier desarrollo urbanístico para un uso diferente al actual mejoraría su estado y su integración paisajística con el entorno quedaría asegurada». En cuanto a las parcelas que se sitúan junto a la Cañada de la Cala Mosca, asegura que se mantienen en estado de total abandono: «Pese a encontrarse cercadas, es posible acceder a ellas, convirtiéndose en zona de paseo para perros y área de acumulación de residuos de todo tipo». Por tanto, concluye que «el mantenimiento de esta zona en las condiciones actuales provocará una merma progresiva del espacio, tanto a nivel paisajístico como ambiental».

La constructora apuesta por la cuarta alternativa que propone; es decir, cambiar el uso a residencial, afirmando que «la zona verde gana importancia por el aumento de su superficie y por su diseño», además de facilitar «la implantación de áreas de juegos». Así, recalca que «el uso residencial se concentra en un espacio rodeado de edificaciones de similares características a las previstas, lo que facilita su integración paisajística, terminándose de cerrar un espacio, ahora abierto, y que aporta sensación de espacio inacabado respecto al paisaje urbano colindante».

Con todo, el documento explica que algunas de las parcelas están afectadas por el Plan de Acción Territorial de carácter sectorial sobre prevención del Riesgo de Inundación en la Comunidad Valenciana, con la categoría de un suelo de peligrosidad geomorfológica por la presencia de inundaciones históricas; por el Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral. También lindan con el cauce público Cañada de las Moscas, con un deslinde que se efectuó en 2012, y se ubican dentro de la zona de policía del dominio público hidráulico.