Rojales: De parque a corral de gallinas

Vecinos de Doña Pepa reclaman al Ayuntamiento que actúe contra la colonia de gallináceas que campa a sus anchas por su principal zona verde

Uno de los principales parques públicos del residencial Doña Pepa de Rojales está colonizado por gallos, gallinas y pollos

Uno de los principales parques públicos del residencial Doña Pepa de Rojales está colonizado por gallos, gallinas y pollos / TONY SEVILLA

D. Pamies

D. Pamies

Al último (o primer) cacareo del gallo a las dos de la madrugada algún vecino, ya hasta las narices, responde al grito de «¡Silence!», como si los pollos entendieran el acento británico. La escena se repite a diario en uno de los principales parques de la urbanización Doña Pepa, en Rojales.

La balsa si mantenimiento, llena de maleza, residuos y escombros también es foco de las quejas vecinales

La balsa si mantenimiento, llena de maleza, residuos y escombros también es foco de las quejas vecinales / TONY SEVILLA

Los vecinos llevan meses dirigiéndose al Ayuntamiento para que ataje la superpoblación de aves de corral que circula sin problemas por la zona verde y «crían sin parar», según los escritos dirigidos al alcalde Antonio Pérez (PSOE). Sin mucho éxito. En sus quejas insisten en que la ordenanza municipal no permite la presencia de estos animales, y también que carecen de cualquier control sanitario veterinario -citan hasta la gripe aviar-.

Los vecinos no pueden conciliar el sueño porque el cacareo de una colonia de gallináceas asentada en el principal parque de Doña Pepa se prolonga de madrugada. El Ayuntamiento alega que las retira pero siempre quedan las que «se esconden».

Dar de comer

El problema es que son otros vecinos, también ingleses, los que a diario alimentan y hacen migas con las aves, hasta el punto de que el vallado perimetral del parque permanece cuidadosamente cerrado para que no corran peligro en las calles del residencial.

El parque ocupa una manzana comprendida entre las avenidas de Gerona, Jaén, Pamplona y Cádiz de esta zona residencial de Rojales, prolongación de Ciudad Quesada, cuya principal característica es el origen multinacional de sus vecinos y residentes. 

Gallos, gallinas y pollos en el parque pública de Doña Pepa

Gallos, gallinas y pollos en el parque pública de Doña Pepa / TONY SEVILLA

Son 12.700 metros -sin nombre oficial como parque- pero un poco mejor conservados que la media del destartalo habitual para los espacios verdes de las «urbas» en los municipios turístico residenciales de la Vega Baja. Zonas donde la residentes están empadronados y pueden comprar propiedades que no bajan de los 300.000 euros pero que votan muy poco en las municipales. 

El corral improvisado está rodeado de viviendas turísticas en la zona de Ciudad Quesada de Rojales

El corral improvisado está rodeado de viviendas turísticas en la zona de Ciudad Quesada de Rojales / TONY SEVILLA

Por eso tal vez tampoco importa mucho hasta dónde llegan los servicios básicos municipales mientras el Ayuntamiento pueda tener bien «tuneado» el centro del casco urbano. La concejala de Medio Ambiente, Charo López, asegura que el Ayuntamiento encarga de forma periódica a una empresa especializada la retirada del parque de gallos, gallinas y pollos.

Pero lo que para una parte de los vecinos es un problema, es difícil de erradicar como ha justificado el Ayuntamiento ante las quejas de los últimos meses porque se esconden bien. Quizá hallarían menos protección y cobijo frente esas capturas, insisten los vecinos, si la balsa situada en el centro del parque -nadie sabe para qué sirve y por qué está ahí -, no estuviera repleta de vegetación descontrolada, residuos, escombros y cañas, que además convierten el espacio en una zona donde proliferan las plagas, en especial la de ratas. 

La discordia

También mantiene la concejala que hay «discordia» vecinal entre los residentes que protegen a los animales y quienes piden su desaparición -sin sacrificio-. Aunque la normativa municipal es bien clara a la hora de indicar que no está permitido, por decirlo coloquialmente, que un parque se convierta en un corral.

Uno de los gallos responsables del insomnio de los vecinos, según las quejas, cacareando en la imagen

Uno de los gallos responsables del insomnio de los vecinos, según las quejas, cacareando en la imagen / TONY SEVILLA

El Recorral

De hecho los mismos vecinos que denuncian esta situación plantearon al municipio que se trasladaran las aves hasta el parque municipal El Recorral, pero fue e propio Ayuntamiento el que señaló que no era posible porque sigue siendo una zona verde, aunque presente un carácter más agreste, rodeada de pinares.