Orihuela retoma la reparación de cuatro barrancos dañados por la DANA de 2019

El Barranco de la Cruz de la Muela del Barrio de San Antón, por un importe de 48.344 euros, está pendiente de adjudicación para comenzar las obras

Visita al Barranco de la Cruz de la Muela del Barrio de San Antón, donde está previsto que comiencen las obras

Visita al Barranco de la Cruz de la Muela del Barrio de San Antón, donde está previsto que comiencen las obras / Información

Loreto Mármol

Loreto Mármol

El Ayuntamiento de Orihuela, a través de la Concejalía de Infraestructuras, ha elaborado la redacción de cuatro memorias técnicas con el objeto de describir y valorar las obras necesarias para la adecuación y reparación de los daños ocasionados en el cauce del Barranco de La Cruz en el Raiguero de Bonanza, Barranco de Los Muertos en La Aparecida, Barranco de la Cruz de la Muela en el Barrio de San Antón y Barranco de Bonanza, como consecuencia de los daños ocasionados por la DANA acontecida en septiembre de 2019.  

Ángel Noguera, concejal de Infraestructuras, junto a Manuel Aldeguer, director del Agua de la Conselleria de Agricultura, acompañado de los técnicos, han visitado el Barranco de la Cruz de la Muela del Barrio de San Antón donde en los próximos días comenzaran la obras.

El cauce de los barrancos, en las zonas urbanas, recoge parte del agua de escorrentía de la sierra de Orihuela produciéndose desbordamientos en algunos puntos ocasionando en su encauzamiento una serie de desperfectos, desplome de taludes por erosión, aterramientos y socavaciones del terreno en su base, e invadiendo parte de las viviendas allí consolidadas. Así, «estos proyectos plantean una obra de protección del cauce natural, en base evitar futuros desbordamientos, erosión de los márgenes naturales y daños en las viviendas».

De estos cuatro proyectos, que serán financiados íntegramente por la Conselleria, el de Barranco de la Cruz de la Muela del Barrio de San Antón, por un importe de 48.344 euros, se encuentra en proceso de adjudicación. Los otros tres están pendientes de su aprobación. El propósito es evitar futuros daños, tanto en los propios cauces como en las infraestructuras urbanas donde disipan las aguas.