La curiosa imagen que se puede encontrar en el Casino de Almoradí

Como cualquier entidad centenaria el Casino de Almoradí se siente orgulloso de mostrar su dilatada historia en sus salones. Nacido como otros de la comarca en el último cuarto del siglo XIX, su creación daba respuesta a las inquietudes asociativas y de recreo de destacados miembros de la sociedad local de la época y servía de punto de reunión y encuentro en sus iniciativas empresariales.

El Casino de Almoradí reconoce a su fundador, Julio Pedauyé Pastor, con una imagen realizada tras su fallecimiento

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Testigos de los 142 años de historia de este Casino son los más de veinte presidentes que han gestionado los asuntos de la que por derecho propio es Sociedad Cultural decana de Almoradí. En homenaje y reconocimiento a todos ellos se muestra en un lugar destacado de su salón principal un gran cuadro que recoge las fotografías con el nombre de quienes estuvieron al frente. Hasta ahí todo normal.

Salón regio

Pero a poco que alguien sienta curiosidad por conocerlos puede encontrar una imagen que, sin inconvenientes en otro tiempo, hoy puede ser susceptible de herir la sensibilidad del espectador. Se trata de la fotografía del que fue primer presidente del Casino de Almoradí y uno de sus socios fundadores, como Círculo de Labradores, Julio Pedauyé Pastor. Una imagen que desde luego destaca entre todas las demás porque don Julián, en el momento de la instantánea, más que posar para la foto, parece que yacía con los párpados yertos preparado para su funeral.

"No es post mortem"

Sin embargo, la dirección del Casino, ha asegurado que en la fotografía Pedauyé, que se ha incorporó al resto en 2021 "estaba muy vivo". Es una "una imagen muy antigua, extraída de otra en la que aparecía en un día de campo junto a otras personas de su entorno, tumbado, y descansando. Incluso se ha recortado para no aparezca la persona que tiene la mano en su hombro". "Las fotografías se hacían con unos medios y una calidad muy limitada en esos momentos", matizan. En definitiva, aseguran, que no es una fotografía post mortmen, aunque tampoco sería tan raro y otras personas ligadas al Casino no lo tienen nada claro.

Habitual

Esta imagen, que puede resultar incómoda para algunas personas, es testigo sin embargo del cambio de percepción producido con el tema de la muerte. Hoy convertida en tabú social y antes asumida como parte natural, aunque dolorosa, de la vida. Fotografiar una persona fallecida es ahora censurable, inapropiado, de mal gusto. En otro tiempo era algo no solo habitual sino que no estaba al alcance de cualquiera.

En muchos álbumes de antiguas fotografías de familias de la Vega Baja es fácil encontrar este tipo de retratos mortuorios que nos hablan de pérdidas prematuras -jóvenes, niños y bebés- y, sobre todo, del deseo del recuerdo permanente, de conservar algo físico, testimonial. La imagen de un ser querido tenía un valor verdaderamente extraordinario, incluso después de morir. Era la última oportunidad para recordar su rostro. El tiempo y las costumbres pasan.

Hoy la mirada Instagram y Tik Tok de momentos felices convierte en perturbadoras fotografías como la de don Julián. Cabe preguntarse si el presidente que en 1882 abría a escasos metros de donde se encuentra el actual edificio las puertas de fina ebanistería del Casino de Almoradí podría contar con otra foto más al gusto del siglo XXI.