El 80% de los centros educativos de Orihuela está expuesto a las inundaciones

Diecinueve colegios y cinco institutos del municipio se sitúan en riesgo medio o alto, según alerta un estudio de la Universidad de Alicante

Orihuela inundada tras la DANA de septiembre de 2019

Orihuela inundada tras la DANA de septiembre de 2019 / TONY SEVILLA

Loreto Mármol

Loreto Mármol

La mayoría de los centros docentes de Orihuela se sitúa en zona inundable. Un estudio que analiza el grado de exposición a las inundaciones de los centros educativos del municipio, tanto en el núcleo urbano como en las pedanías y en la Costa, revela que 19 de los 25 colegios de Primaria y nueve de los 12 centros de Secundaria están expuestos total o parcialmente, mientras que los que no lo están sí tienen afectados los accesos.

En total, Orihuela tiene 31 centros educativos, teniendo en cuenta que algunos de ellos se han incluido en ambas estadísticas porque imparten tanto Primaria como Secundaria. De todos ellos, hay 24 expuestos al riesgo (19 escuelas y cinco institutos), lo que supone que un 80% de los centros educativos está expuesto a las inundaciones.

Esto supone que gran parte del alumnado de esta localidad, al igual que sus familias y empleados, están expuestos a estos fenómenos, con independencia de las etapas educativas y del tipo de gestión -pública o privada-. La conclusión es que hay que tener en cuenta esta elevada exposición en infraestructuras que se consideran enclaves prioritarios para la toma de medidas de ordenación, adaptación y resiliencia socioterritorial a los escenarios presentes y futuros de cambio climático.

Del los 19 colegios, 13 tienen un nivel de afección alto, ubicándose en la llanura de inundación del río Segura en el núcleo urbano y en pedanías aledañas dentro de la llanura o son afectados por la peligrosidad geomorfológica: Fernando de Loaces, Miguel Hernández, Villar Palasí, Jesús María San Isidro, Jesús María San Agustín, Nuestra Señora del Carmen, Oleza, Francisco Girona (Arneva), Nuestra Señora de Belén (La Aparecida), Virgen de Los Desamparados, Virgen de Monserrate (Molins), Playas de Orihuela y Los Dolses (estos dos últimos afectados por las cañadas en el litoral).

CEIP Miguel Hernández

CEIP Miguel Hernández / TONY SEVILLA

Otros seis presentan un nivel medio. La mayoría se localiza en el núcleo urbano, tanto en el centro histórico como en las zonas de ensanche y pedanías localizadas al sur del cauce del río: Colegio Diocesano Santo Domingo, Andrés Manjón, Virgen de la Puerta, Nuestra Señora del Pilar (La Campaneta), Rincón de Bonanza y San Bartolomé.

CEIP Rincón de Bonanza

CEIP Rincón de Bonanza / TONY SEVILLA

Y otros seis no están expuestos. Se ubican en las afueras de la llanura de aluvial del río Segura, en zonas de campo o en las faldas del Monte de San Miguel. Dos de ellos se encuentran en pedanías del norte del municipio, si bien muy cerca hay zonas con peligrosidad geomorfológica e incluso la toponimia refleja la influencia de esta última en la zona. Ejemplo de ello es que se pueden encontrar diversas cañadas abandonadas a su alrededor o caminos como el del Barranco como sucede cerca del CEIP Maestro Ismael García (La Murada).

CEIP Maestro Ismael García

CEIP Maestro Ismael García / TONY SEVILLA

Dada su proximidad a zonas con peligrosidad geomorfológica, en todos ellos -Colegio Oratorio Festivo, Seminario Diocesano de San Miguel, Manuel Riquelme (Hurchillo), Virgen de Monserrate (Torremendo) y Azahar (La Matanza)- cabe destacar que su acceso se da por zonas inundables, lo que significa que, aunque el centro no esté expuesto, el alumnado, sus familias y el personal que trabaja en estas escuelas sí lo estaría al transcurrir por estas vías de acceso. En el caso del Oratorio Festivo y el Seminario Diocesano de San Miguel, su acceso es por la calle Subida al Seminario, que parte del centro de la ciudad y es inundable en prácticamente su totalidad.

Secundaria

En cuanto a Secundaria, nueve se encuentran en zonas expuestas a inundaciones o peligrosidad geomorfológica: siete en nivel alto (IES El Palmeral, Gabriel Miró, Las Espeñetas, Colegio Diocesano San José Obrero, Jesús María San Agustín, Nuestra Señora del Carmen y Oleza) y dos en grado medio (IES Tháder y Santo Domingo).

IES Tháder

IES Tháder / TONY SEVILLA

Destaca por su ubicación el Colegio Diocesano San José Obrero, que se localiza en la N-340, antes de llegar al núcleo urbano por el oeste. En la vertiente sur de la Sierra de Orihuela, se sitúa en la conjunción del barranco de San Cristóbal y la rambla de Bonanza con gran capacidad de arroyada. La totalidad del centro está expuesta ante la peligrosidad geomorfológica y gran parte de él cuenta con varios niveles de inundación, lo que supondría una inundación repentina con depósitos heterogéneos en caso de precipitaciones de fuerte intensidad horaria.

Además, el acceso al centro estaría condicionado, puesto que la calle que lo conecta con la carretera (calle Puertas de Murcia) es el canal de desagüe de las ramblas a la llanura y porque parte de la misma estaría cubierta por la escorrentía que desciende de la ladera dificultando la llegada a la calle de acceso o la conexión con los núcleos urbanos.

Además de los anteriormente citados Oratorio Festivo y Seminario Diocesano de San Miguel, tampoco está expuesto el IES Playa Flamenca, que está alejado de las zonas inundables (barrancos y cañadas) y en el que también son menores las superficies inundables ocupadas. Su acceso es a través de un puente que cruza la Cañada de las Estacas.

Formación y concienciación

El estudio, de Ángela Zaragoza-Sáez, alumna de máster en la Universidad de Alicante (UA), también aboga por la mejora en la preparación de la población a partir de la educación: "Los centros educativos deben desempeñar un papel relevante en el tema de las inundaciones, ya sea por la población que puede recibir formación sobre este riesgo (estudiantes), el volumen de personas que puede encontrarse en ellos en caso de inundación o porque se ubiquen en zonas expuestas a estos fenómenos".

Por ello, añade, se debería profundizar en el conocimiento de los centros sobre los protocolos de emergencias y cómo son implementados.

Tras comprobar la elevada exposición de los centros escolares de Orihuela, se concluye que es necesaria la adecuada formación del alumnado y profesorado sobre inundaciones para lograr un mejor conocimiento del medio en el que viven. "Esto permitiría que las futuras generaciones gestoras del territorio conozcan su entorno y aprendan a convivir con él, respetándolo y adaptándose para lograr una mayor resiliencia", apunta.

Percepción del riesgo

Enrique Moltó, del Laboratorio Climatología de la UA, apuesta por la divulgación, manifiestando que es necesario que estudios como este lleguen a las administraciones locales y autonómicas y a los propios centros. En este caso, señala, la autora no ha encontrado mucha colaboración por parte de los centros educativos; sin embargo, "es importante ser consciente del riesgo y saber qué medidas se pueden tomar", teniendo en cuenta además que "los colegios actúan de correo transmisor con las familias", prosigue.

El cambio climático y sus efectos darán lugar a una mayor frecuencia e intensidad de episodios atmosféricos en forma de lluvias torrenciales, y el riesgo de inundación se incrementará. Es necesario, por tanto, cambiar el enfoque "desastrológico" de las inundaciones e incrementar "la educación ante el riesgo", defiende Moltó.

Inundaciones en la Vega Baja

Se tiene registro de episodios de inundaciones en Orihuela desde el siglo XIV. Uno de los eventos más recientes e importantes, tanto en daños económicos y materiales (el Consorcio de Compensación de Seguros valoró las indemnizaciones en 475 millones de euros) como en pérdidas de vidas humanas (dos víctimas mortales en la comarca) fue el de septiembre de 2019.

Los días 12 y 13 se registraron 521,6 mm (récord de precipitación hasta la fecha) y, como consecuencia, se desbordó el río Segura inundando gran parte de la Vega Baja. A los caudales circulantes por el Segura hay que sumar la rambla de Abanilla que desemboca entre las sierras de Orihuela y Callosa de Segura que provocaron la inundación repentina de la margen izquierda del río.