Aunque no lo parezca las brochas de maquillaje son un elemento de tu baño que tienes que limpiar con frecuencia. ¿Por qué? Porque en ellas se acumula también suciedad y bacterias que están en contacto con tu piel, así que la higiene de estos productos es fundamental.

Ahora bien, ¿cada cuánto hay que limpiar las brochas? Los profesionales recomiendan fijarse en qué tipo de uso le das a cada una de ellas. Las brochas que utilizas para aplicar los productos líquidos, como las bases de maquillaje, o los que se aplican en crema, como el corrector o iluminador, tienen que lavarse una vez a la semana. Piensa que esta consistencia líquida se queda acumulada en las cerdas y ahí es donde se acumula la suciedad.

Por el contrario, si estamos hablando de las brochas que utilizas para aplicar polvos de maquillaje o sombras de ojos la periodicidad es mayor. Puedes lavarlas una vez al mes ya que no se acumula tanto producto.

También piensa que si tus brochas están sucias harán peor su trabajo, es decir, las cerdas se quedarán más apelmazadas y no extenderán el maquillaje todo lo bien que deberían. Así que son muchos los motivos por lo que debes hacer esta limpieza.

Cómo limpiar las brochas de maquillaje

En el mercado existen muchos productos específicos de marcas de cosméticos que puedes usar para tener tus brochas listas en todo momento. Además existen una especie de alfombrillas especiales que pegas en el lavabo y contra las que puedes frotar los pinceles para lograr que el maquillaje se desprenda completamente. Pero si no quieres complicarte mucho vamos a contarte una de las formas más sencillas de llevar a cabo esta limpieza.

La clave está en el jabón. En este artículo ya te contamos que puedes usa el jabón Beltrán de toda la vida para esta tarea. Sólo tienes que coger un poco del producto y extenderlo en alguna superficie. Frotar la brocha contra él suavemente para no dañar las cerdas y aclarar. Si no tienes jabón Beltrán puedes usar uno convencional pero, eso sí, intenta que tenga un ph neutro. Usa agua templada para lavarlas y luego acláralas bien. No te hace falta más.

Otro aspecto importante a la hora de conservar tus brochas es el proceso de secado. Lo más importante es que las cuelgues para que las cerdas no se queden apelmazadas y conserven su forma original.