En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente de un modo que lo relaciona con un asesinato ocurrido un mes atrás. La inspectora Amaia Salazar dirige la investigación, que la lleva de vuelta al pueblo de Elizondo, donde creció y del que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las complicadas derivaciones del caso y sus propios fantasmas, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino implacable, en una tierra fértil para las supersticiones y la brujería.