A punto de cumplir 7 meses de casados, Tamara Falcó e Íñigo Onieva están en el punto de mira por la discusión que supuestamente protagonizaron en un restaurante de Madrid hace unos días y que ha desatado los rumores sobre la primera crisis matrimonial en la pareja.

Según el podcast 'En todas las salsas', los marqueses de Griñón habrían tenido un 'desencuentro' en público la semana pasada mientras cenaban con un grupo de amigos y, aunque no son de pelearse 'a grito pelao', sí habrían hecho varios 'aspavientos' que habrían llamado la atención de los presentes en el local, antes de abandonarlo por separado con mala cara.

Planes por separado

Lejos de desmentir dicha discusión o los rumores de crisis, Tamara e Íñigo los han acrecentado -involuntariamente claro está- con los planes que han hecho este fin de semana. La hija de Isabel Preysler prefirió quedarse en la casa familiar de la 'reina de corazones' en Puerta de Hierro y disfrutar de su pasión por la cocina, mientras su marido se iba a esquiar con amigos a Baqueira Beret.

Sin embargo, que no se hayan dejado ver juntos no quiere decir que haya una crisis en su matrimonio. Y prueba de ello es que este jueves Íñigo ha reaparecido en el domicilio conyugal, el ático que Tamara adquirió a pocos metros de la mansión de su madre y en el que residen desde hace varios meses.

El ingeniero, intentando pasar desapercibido, ha abandonado el lugar en su moto por la puerta del parquing de la exclusiva urbanización donde está su nido de amor, aunque el casco amarillo fluor que en tantas ocasiones le hemos visto es inconfundible. Los rumores sobre la crisis no los ha querido comentar el yerno de Isabel Preysler, que ha abandonado el lugar huyendo de las cámaras a toda velocidad.