Vuelta a España 2023

Kuss ganará en Madrid la Vuelta del gregario

El ciclista estadounidense cruzó la penúltima meta abrazado a Vingegaard y Roglic después de que Poels lograse la victoria del día al batir a Evenepoel al esprint.

RedacciónSergi López-Egea

Sepp Kuss ganará este domingo en Madrid la Vuelta del gregario, la del ciclista al que permitieron sus dos grandes jefes de fila, Jonas Vingegaard y Primoz Roglic, obtener la victoria tras un pacto que se fraguó en Oviedo después de que el ciclista estadounidense, con la ayuda inesperada de Mikel Landa, salvó el obstáculo del Angliru. En la cumbre de la famosa montaña asturiana, de hecho, se acabó competitivamente la ronda española; todo atado y bien atado, casi un paseo del corredor estadounidense hasta la capital española.

Sólo queda el típico paseo hasta La Cibeles, una fiesta que este sábado ya adelantó el conjunto del Jumbo cuando los tres primeros de la clasificación general atravesaron la penúltima meta de la Vuelta, en Guadarrama, abrazados, con el jersey rojo en el centro; palmadas y sonrisas que continuaron repartiéndose los tres una vez se cruzó la línea de llegada.

En el día en el que Wout Poels, otro gregario que vivió su mejor etapa como corredor a las órdenes de Chris Froome, obtuvo la victoria cuando batió a Remco Evenepoel al esprint, Kuss comprobó que ganar la Vuelta no era un sueño sino una realidad y no tanto porque temiera una traición de sus jefes de fila, sino porque cualquier percance inesperado podía tirar por la borda el triunfo en Madrid.

El Jumbo ocupará este domingo las tres plazas del podio final de la Vuelta. Sólo había sucedido en una ocasión. Fue en 1966 cuando el mítico conjunto del Kas acabó la ronda española con Patxi Gabica (primero), Eusebio Vélez (segundo) y Carlos Echevarría (tercero). Nunca ha sucedido ni en el Tour ni en el Giro.

El Tourmalet y el Angliru

En el Tourmalet tuvieron libertad de movimiento cuando Vingegaard ganó la etapa y lo mismo sucedió en la llegada a Bejes, otra victoria del danés, y en el Angliru, triunfo de Roglic. Allí, cuando parecía que Kuss, tras perder la rueda de sus dos compañeros, iba a ceder el jersey rojo al ganador del Tour, llegó por detrás Landa, el estadounidense se engachó a su rueda, y la furia del alavés por acabar tercero y de paso situarse primer español de la general, permitió a Kuss salvar el liderato. Si en el Angliru Vingegaard se viste de rojo, habría ganado la Vuelta.

Por la noche la dirección del Jumbo reunió a los tres ciclistas y se llegó al pacto que interesaba a los responsables del equipo por cuestiones deportivas, de imagen y de futuro. Deportivas porque no querían tomar ningún riesgo que pusiera en peligro el objetivo de conquistar este año las tres grandes del calendario, algo que tampoco había hecho hasta ahora ninguna escuadra en la historia del ciclismo. De imagen porque tres ciclistas peleando por el triunfo y atacándose no era el mejor reflejo para las marcas comerciales que los patrocina. Y de futuro porque Jumbo, la cadena de supermercados que los subvenciona, se apartará a finales de 2024, e incluso podría ser a finales de este año si llega el relevo. El triunfo en la Vuelta de un estadounidense les abre en mercado norteamericano.

A la vez, Vingegaard y Roglic comprendieron que era mejor para ellos permitir el triunfo de su gregario porque si se peleaban entre ellos habría un perdedor. El triunfo de Kuss deja a la pareja sin que haya un ganador y un vencido. Lo comprendieron y no hubo rencillas. Ahora deberán empezar a confeccionar el calendario de 2024 donde Roglic quiere acompañar a Vingegaard al Tour. La victoria en España deja la jefatura del Giro abierta para Kuss, mientras Wout van Aert goza de libertad absoluta en todas las carreras de un día.

Un poderío impresionante

El poderío del Jumbo es impresionante. Se ha visto en la Vuelta. Son tan imponentes que se pueden permitir que un ciclista bautizado como el mejor gregario del mundo gane la carrera -con la duda de si habría ocurrido igual en el Tour-; eso sí, al demostrar que aguantaba a sus jefes habituales y gracias a la decisión táctica, inteligente por parte de Kuss y de sus directores deportivos, de colarse en una escapada permitida camino de Javalambre, en la primera semana de competición. Un acierto por parte del Jumbo y un error colectivo de todos los conjuntos rivales, frescos en la sexta etapa, por no haber dejado en la carretera hasta el último hígado de gregarios como Kuss, para erradicar la escapada en la que iba el estadounidense. La fuga cimentó su triunfo final.

“Fue muy especial cruzar la penúltima meta con mis compañeros. Lo pudimos celebrar gracias a la renta que teníamos en la general. Me siento muy feliz por ganar la Vuelta y porque mi mujer es catalana”, reconoció Kuss. Este domingo se coronará como el gregario que se convirtió en todo un ganador de la Vuelta.

Todas las clasificaciones.