Su vinculación con la fiesta está ligada a Seguidores de Arun y Ruidoms. Su comparsa desde hace dos décadas es su gran familia y también quien le ha llevado a aceptar el cargo de embajador cristiano. Reconoce tener un sentimiento único por la fiesta y por su Orihuela adoptiva y presume de los desfiles de Moros y Cristianos por estar «a una altura bastante importante y llenar de emociones».
¿Qué sentimientos pasan por la mente del nuevo embajador cristiano?
Mucha ilusión. Espero vivir las fiestas con mucha alegría y responsabilidad. Nunca esperé ni me había planteado que sería embajador cristiano. He sido vocal, tesorero, presidente y vicepresidente de mi comparsa, perno nunca me había visto desempeñando este cargo. Eso sí, Seguidores de Arun y Ruidoms lo ha querido y yo me debo a ellos.
Su trayectoria en las fiestas oriolanas también las ha vivido desde la junta directiva de su comparsa, ¿cómo ha sido su trabajo dentro del bando de la cruz?
He hecho muchas cosas por la comparsa, como montador, electricista, he puesto la música, elaboré la puerta de la comparsa, hasta desempeñar cargos en la junta directiva. Pero lo más importante es que el sentimiento que tengo es como el primer día que empecé en la fiesta. Estoy muy integrado.
¿Qué puede anticipar de los detalles de su puesta en escena?
En el boato vamos a escenificar la leyenda de la Armengola por nuestra vinculación a ella. Mientras que en la historia real, recrearemos cómo el infante Alfonso X El Sabio toma Orihuela.
¿Cuántas personas participarán en los desfiles?
Somos un número bastante más pequeño que las comparsas del bando moro. En total, seremos 65 socios, pero vamos a apostar por hacer un desfile vistoso y decente, siempre dentro de nuestras posibilidades.
¿Cómo puede definir las fiestas de Moros y Cristianos oriolanas?
Los desfiles son majestuosos. No he visto ninguno igual en ningún otro sitio. La vistosidad de los trajes y la elegancia al desfilar me encantan. Son un espectáculo.
