"Empecé hace 45 años vendiendo huevos y pollos de la granja que tenía aquí en Sant Joan mi padre. Abrimos esta carnicería y poco a poco fuimos ampliando clientela hasta hacernos un hueco", cuenta Mari Ramos mientras trocea unos filetes para una clienta en su carnicería situada en la Rambla.

Ella forma parte de esa pequeña élite de comercios de toda la vida que hoy se cuentan con los dedos de una mano.

"Aquí hemos sido testigos de todo lo que ocurría en el pueblo. El contacto con la gente es muy importante y creo que ha sido la clave para que siga aquí 45 años más tarde", cuenta Mari.

"Antes las familias gastaban en una compra 50 euros, ahora gastan 30. La crisis se nota, aunque yo no pierdo el ánimo y eso de jubilarme, ni pensarlo", dice Mari.

Entre su clientela recuerda caras muy familiares. "Por aquí han pasado estrellas como Carmen Sevilla o Paquita Rico. Las dos veraneaban en la zona y venían a comprar", recuerda orgullosa.

"Empezamos de la nada y hemos terminado trabajando de esto toda la familia", explica Mari.