Destrucción del patrimonio histórico de Busot. Un movimiento de tierras con maquinaria pesada ha arrasado el aljibe y lavadero de la Casa de Toni Tomasa, enclave protegido del siglo XIX ubicado en el Cabeçó d’Or, según ha denunciado un particular ante el Ayuntamiento.

El aljibe y su pila están incluidos en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Busot, y la denuncia fue presentada el 11 de enero por el activista medioambiental Miguel Ángel Pavón. En la misma, alertaba de que «los terrenos sobre los que se disponía este conjunto patrimonial (aljibe, pozo, canaleta) han sido objeto de un movimiento de tierras que ha generado una zona inclinada desprovista de cualquier vestigio del conjunto patrimonial y de la vegetación forestal que rodeaba dicho conjunto», adjuntando fotografías de antes y después.

El aljibe se encontraba con evidentes signos de ruina y una pintada, y su bóveda tenía un agujero que se tapó con una malla para evitar accidentes. | INFORMACIÓN

Por ello pide que se inicie un expediente tanto por la destrucción de un elemento patrimonial incluido en el Catálogo de Bienes Protegidos, ubicado al pie de la vertiente occidental de la sierra del Cabeçó d’Or, como por el movimiento de tierras, de modo que «se depuren las responsabilidades de todo tipo que puedan derivarse de dicho expediente y que se imponga a los responsables de la destrucción del conjunto patrimonial afectado y de la eliminación de vegetación forestal, las medidas de reconstrucción y de restauración ecológica que procedan».

Además, recuerda que el aljibe se ubicaba en suelo forestal estratégico según el Plan de Acción Territorial Forestal de la Comunidad (Patfor), y que quedaba dentro de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) «Cabeçó d’Or i La Grana».

Un desmonte arrasa un aljibe protegido del siglo XIX y su lavadero en Cabeçó d’Or

Por su parte, el alcalde, Alejandro Morant, (PP) explicó que desconocía la denuncia, que supone que se habrá derivado al área de Urbanismo y que, atendiendo al orden de entrada en el Registro Municipal, «cuando se tome este asunto, se dará el tratamiento administrativo que corresponda».

El aljibe, según el Catálogo de Busot, se ubicaba junto a una vía caminera tradicional que comunica el municipio con Relleu por la vertiente occidental del Cabeçó, y tenía unas medidas de 7,33 por 3,40 metros, con una profundidad calculada mínima de 4,50 metros, lo que daría una capacidad de almacenamiento de unos 110.000 litros, una cifra nada despreciable. Y contaba con una canaleta y una pila que se debían usar antiguamente como lavadero.

Según este documento, el aljibe dataría de la primera mitad del siglo XIX y el lavadero pudo ser un añadido ya en el siglo XX. Apunta el escrito que «todo el conjunto de aljibe y lavadero definen elementos de interés etnográfico, no excesivamente abundantes en el resto del municipio, por lo que su protección se antoja más que adecuada», por lo que se estima de «muy alto valor etnográfico y paisajístico» y «alto valor arquitectónico».

Pero su estado era malo, ya que «tanto la bóveda del aljibe como la pila del lavadero muestran signos inequívocos de ruina, con desprendimientos de piedras y enlucidos; de hecho, se ha colocado una malla metálica sobre el agujero de la bóveda para evitar accidentes». Y destaca que «el nivel de protección apropiado para este conjunto, que además se engloba dentro de la ZEPA de Cabeçó, debe ser integral, pues retrata una imagen hoy por hoy casi única del hábitat tradicional de montaña y de sus sistemas de almacenamiento de agua». Un vestigio que ya ha desaparecido pese a su protección.