San Vicente del Raspeig suma una nueva baja a la lista de altos funcionarios que abandonan la casa consistorial. En algunos casos de forma definitiva y en otros, en comisión de servicios. Y no son razones económicas en todas las situaciones las que han movido a los afectados a marcharse. Hace años que se viene denunciando la frágil situación del área de Recursos Humanos en el Ayuntamiento. Falta de trabajadores y una carga importante de trabajo. Y ello, unido a las dificultades en la dirección de la propia concejalía, por la que han pasado seis ediles en los dos últimos mandatos.
El último en ostentarla es el alcalde, Jesús Villar, que compagina el área también con la de Urbanismo, pesos pesados de la institución.
En la lista del «éxodo», la última en sumarse a los altos empleados públicos que dejan el consistorio sanvicentero ha sido la jefa de Sección de Programas de Integración, Igualdad, Inclusión y Educación, María Eugenia Grané. La trabajadora se ha marchado a Alicante en una comisión de servicios, en principio por un año con opciones de prórroga de un año más. Y ya está cubriendo un puesto de coordinadora de equipo social de zona a través de un concurso de méritos. Su puesto está radicado en la zona norte y pasa de realizar un trabajo en el área de Educación a hacerlo en el departamento de servicios sociales.
En Alicante va a tener un equipo a su cargo, múltiples equipamientos en los barrios más desfavorecidos de la ciudad, una población en exclusión social. Y la categoría laboral, según fuentes conocedoras, es similar a la que acaba de dejar en el consistorio sanvicentero.
Sobre la marcha de la que ostentaba el peso del área de Educación, la concejal, Isabel Candela, reconoce que «es evidente que es una pérdida importante» y señala que su marcha no es del todo traumática puesto que se aprovecha la reestructuración de los servicios sociales que se ha empezado a acometer. La concejal indica que la jefatura la asume provisionalmente el jefe de Servicio, Marino Martínez. Y desde Alcaldía precisan que va a ocupar el puesto que deja vacante Grané el hasta ahora psicólogo en los servicios sociales.
Candela admite que la marcha de la que era Jefa de Educación «ralentizará un poco el trabajo, pero se sacará adelante», y añade que hay profesionales en el área para poder sacar el trabajo.
Grané es la última en marcharse, pero en apenas dos años, otros altos funcionarios han dejado sus puestos. Lo hizo el Intendente de la Policía Local, Francisco Negrete en enero de 2020. En octubre se ha marchado en comisión de servicio la arquitecta municipal, Leticia Martín. Y un mes antes también dejaba su puesto el coordinador jefe de Recursos Humanos, Sergio Casares, que se volvía a Alicante, después de ocupar un puesto que finalmente acabó siendo de una categoría superior a la jefa del servicio.
Desde la oposición, critican el éxodo de altos funcionarios porque consideran que en algunos casos, no se marchan porque supone un incremento salarial y una mejora de su puesto actual, sino por los problemas en el área de Personal. La concejala de Ciudadanos, Mariela Torregrosa, ha lamentado que «otro funcionario con un cargo importante y de relevancia en el día a día municipal abandone el Ayuntamiento de San Vicente, algo que no es puntual sino que viene sucediendo en los últimos meses y que demuestra que muchos funcionarios prefieren trabajar en otras entidades locales antes que en San Vicente».
Problemas
Torregrosa ha añadido que «ante la falta de gestión, coordinación y liderazgo, muchos funcionarios optan por abandonar el Ayuntamiento, incluso en ocasiones para ocupar puestos de inferior categoría, lo que evidencia que los problemas de Recursos Humanos siguen sin solucionarse seis años después, repercutiendo de manera grave en la estructura y el funcionamiento del Consistorio».
Desde el grupo Popular, su portavoz, Óscar Lillo, advierte que la nueva marcha de una trabajadora con un puesto de responsabilidad evidencia que «en este Ayuntamiento no se cuida a los trabajadores, que son lo mejor de esta casa». Cree que una de las causas es «la falta de planificación» y que «se trabaja al día a día, y al tuntún» y eso «afecta a los empleados públicos. Lillo recuerda que es ya «mucha gente la que se ha marchado y la que se marchará». Y a la vez, denuncia la parálisis de Recursos Humanos ya que no se están convocando las plazas de empleo público.
El portavoz del PP elogia a la trabajadora que explica, se va a desarrollarse profesionalmente. Y resalta que otro de los motivos que le ha movido a marcharse a otro ayuntamiento ha sido «la inoperancia y la falta de gestión y planificación». Por eso le piden al alcalde «que mire por los trabajadores de San Vicente y que cuide al personal municipal, porque si deja de funcionar la maquinaria revientan los servicios. Los funcionarios municipales está mal dirigidos y mal gestionados».
Empleados que se van por hastío y los que obtienen prestigio profesional
En lo dos últimos años, otros tres altos funcionarios han dejado sus puestos. Y en ocasiones de forma traumática. En enero de 2020 ya se marchó el Intendente Francisco Negrete. El hasta entonces número 2 de la Policía Local durante tres décadas se despedía lamentando el tener que irse por no sentirse valorado. En ese momento se incorporó un nuevo comisario jefe. Negrete se marchó advirtiendo las mermas del servicio de la Policía Local, marcado por la falta de policías y por los problemas en el servicio. Se marchaba a Alicante además como oficial, un rango inferior al que tenía en San Vicente, donde había estado tres décadas de servicio.
El pasado octubre la arquitecta municipal, Leticia Martín, dejaba su puesto temporalmente en el Ayuntamiento de San Vicente para incorporarse al Ayuntamiento de Alicante como responsable de la oficina del Plan General. Un puesto que le proporciona prestigio profesional, es todo un reto y cuenta con una remuneración mejor a la que deja durante la comisión de servicio que se desarrollará durante los dos próximos años en San Vicente.
En septiembre dejó su puesto el coordinador jefe de Recursos Humanos, Sergio Casares. Volvió al Ayuntamiento de Alicante después de haber sido uno de los «fichajes» del consistorio para desatascar el departamento. De hecho, ocupó un puesto que antes no existía.
