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Una sepultura en el olvido, impropia del legado universal de Rafael Altamira

El pésimo estado de la sepultura del jurista alicantino, completamente abandonada y con la lápida rota en el cementerio de México, refuerza la necesidad de repatriar sus restos. El Campello y su familia han acordado sumar esfuerzos para que reposen en el camposanto campellero

La tumba del jurista presenta un gran deterioro José María Portillo

Una tumba completamente abandonada, sin ningún mantenimiento, con la lápida partida y agrietada. Una sepultura impropia del legado del jurista más relevante de la historia de España. Esas son las condiciones en las que se encuentra el lugar donde descansan los restos de Rafael Altamira Crevea (Alicante, 1866-México DF, 1951), en el cementerio de México DF. Al otro lado del Atlántico, su tumba permanece sumida en el olvido, mientras que en El Campello el Ayuntamiento y la familia del humanista acaban de aunar esfuerzos para repatriar sus restos y los de su mujer, para que reposen en el camposanto campellero, en un lugar acorde con la figura de este alicantino universal.

La tumba de Altamira en México DF José María Portillo

Ignacio Ramos Altamira, bisnieto del jurista, ha explicado este jueves que "el mal estado en el que se encuentra la tumba es un incentivo más para traer de vuelta los restos de Rafael Altamira, por si quedaba alguna duda de la necesidad de repatriarlo". Y es que en la capital mexicana hace ya años que no queda familia del humanista, fallecido en 1951, por lo que no hay nadie que se encargue del mantenimiento de su tumba, donde está enterrado junto a su mujer.

Las fotografías del estado de la sepultura las realizó hace un par de meses José María Portillo, un catedrático de Historia de la Universidad del País Vasco que se ha encargado de la reedición del Manual de Historia de España de Altamira, que se va a publicar después del verano. Portillo viajó a México dentro de la investigación sobre el jurista, y el bisnieto ha destacado que Portillo se mostró "sorprendido" por el estado de abandono que presenta su sepultura. Así mismo, Ignacio Ramos Altamira ha reconocido que "sabía que la lápida estaba partida, pero no me imaginaba que estuviera en tan mal estado. Me ha impactado ver las fotografías, la verdad".

Rafael Altamira

Por su parte el alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer (PP), se sumó a las declaraciones de la familia sobre el estado de la tumba, señalando que "esto solo nos reafirma en la necesidad de repatriar los restos de Rafael Altamira y su mujer". El objetivo es que cuando acabe este proceso, que se prevé complejo, los restos de ambos descansen en un lugar destacado del camposanto campellero, donde ya están los restos de sus padres, para que pueda ser visitado, honrar así su memoria y que descanse en un municipio por el que profesaba un gran amor.

Encuentro entre el alcalde y el bisnieto de Rafael Altamira

La pasada semana el Consistorio y la familia anunciaron un acuerdo para iniciar el proceso de repatriación del jurista, escritor, humanista e historiador y de su mujer Pilar Redondo hasta el cementerio campellero, a cuyo municipio la familia está muy vinculada desde hace décadas. Una figura clave de la historia de España, ya que fue el primer español en formar parte del conocido hoy como Tribunal Internacional de La Haya, además de ser dos veces propuesto para el Premio Nobel de la Paz y doctor honoris causa por las universidades de Burdeos, París, México, Santiago de Chile, Lima, Columbia y Cambridge. Así, el 26 de abril el primer edil re reunió con el bisnieto del humanista, para poner en marcha esta iniciativa. Y coincidieron en señalar que la repatriación llegará tras un "proceso burocrático largo y farragoso", que implicará a varias instituciones públicas españolas y mejicanas, “pero muy gratificante si conseguimos el objetivo”.

"El rincón de mis amores"

El objetivo es que Rafael Altamira repose definitivamente en el municipio que él amaba profundamente, como reconoció personalmente en una entrevista concedida al diario “El Día” el 2 de mayo de 1935, cuando declaró que “cuando se me aparte de la vida oficial me retiraré al rincón de mis amores más gratos: a Campello”. Así, se le busca cumplir el deseo y darle además una tumba digna, al nivel de su legado, sacándolo del olvido en el que permanece su sepultura, a más de 9.000 kilómetros de El Campello de sus amores.

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