La juguetera Injusa ha decidido abandonar la producción en China y trasladarla a su fábrica de Ibi. La medida, adoptada por el incremento de los costes salariales y de las materias primas, permitirá recuperar las más de 30 contrataciones eventuales que venía realizando la empresa en plena campaña antes de decidir fabricar en el país asiático. Injusa, asimismo, tiene previsto invertir 4 millones de euros para modernizar sus instalaciones en la villa juguetera y absorber la elaboración de los 350.000 vehículos anuales que producía en China.

Industrial Juguetera (Injusa), una de las principales empresas jugueteras de la Foia de Castalla y, por extensión, del conjunto del país, está especializada en la fabricación de vehículos eléctricos a batería y triciclos. Hace siete años decidió empezar a producir en China, a través de un acuerdo de colaboración con una empresa de la provincia de Dongguan. Según explica el director general de la firma ibense, Luis Berbegal, "la decisión la adoptamos con el objetivo de abaratar costes en un momento en el que en el sector había una euforia y casi una locura por ir a China".

En este sentido, Injusa, en el último año, llegó a fabricar en el gigante asiático 350.000 vehículos, lo que supone el 30% del total de la producción de la empresa.

Sin embargo, añade Berbegal, las circunstancias han cambiado. "Los salarios en China se han incrementado de forma notable y el coste de las materias primas es el mismo aquí que allí. Además, nos habíamos encontrado con problemas de informalidad a la hora de que nos sirvieran pedidos, con lo que todo unido nos ha llevado a la decisión de abandonar la fabricación en el país asiático y trasladarla a nuestra fábrica de Ibi".

La medida va a tener consecuencias positivas en materia de empleo, dado que Injusa va a recuperar las contrataciones eventuales en Ibi que se habían dejado de realizar desde que empezó a fabricar China. La dirección de la empresa calcula que serán más de 30 los trabajadores que reforzarán en plena campaña la plantilla habitual de 96 empleados.

Por otro lado, la firma también ha adoptado la decisión de invertir 4 millones de euros en dos o tres años con el objetivo de modernizar sus instalaciones en Ibi y absorber de forma conveniente la producción del país asiático. Según Berbegal, "lo que pretendemos, aparte de reducir costes, es apostar fuerte por la tecnología y que nuestra planta de producción esté en primera línea".

México

Injusa ya decidió hace tres años abandonar la producción en México, al considerar que tampoco le resultaba rentable. Con todo, Luis Berbegal resaltó que estas decisiones "sólo las podemos adoptar empresas como la nuestra, que disponemos de planta de producción propia. Hay otras empresas que apenas son una oficina y un fax y que tienen toda su producción contratada en China, con lo que ahora están sufriendo el incremento de los costes sin apenas margen para tomar decisiones".

Una facturación de

20 millones de euros y ventas a todo el mundo

Injusa facturó el año pasado 18 millones de euros, cifra que prevé incrementar hasta los 20 millones en el ejercicio actual. Así lo manifestó el director general de la empresa, Luis Berbegal, quien resaltó que exportan el 80% de su producción a todo el mundo. Con todo, España, Inglaterra, Francia y México son los principales consumidores de los productos elaborados por la juguetera ubicada en Ibi.

La empresa, además, es la segunda más importante de la Foia de Castalla por su volumen, por detrás de Famosa. Precisamente, esta juguetera ya recuperó en su momento algunas de las líneas de producción que tenía en China por motivos prácticamente idéntidos a los de Injusa.

Cabe reseñar, en este sentido, que Famosa es propietaria de Feber, una empresa especializada, al igual que Injusa, en la fabricación de vehículos eléctricos. Si bien la producción de artículos de pequeño formato, como es el caso de muñecas, todavía compensa en China, en el caso de los de mayor tamaño, tipo los vehículos de Feber e Injusa, ya no tanto.

El sector juguetero, en consecuencia, está registrando un proceso inverso al de hace algunos años, cuando la deslocalización era la nota predominante.