Arte efímero en Ibi por unos libros inclusivos

El Centro Ocupacional San Pascual quema este sábado su falla, una obra en la que se refleja el trabajo de todo un año

La falla del Centro Ocupacional San Pascual de Ibi, en el Parc de les Hortes, recibiendo una visita.

La falla del Centro Ocupacional San Pascual de Ibi, en el Parc de les Hortes, recibiendo una visita. / Antonio Teruel

El trabajo creativo supone un estímulo muy grande para las personas con capacidades especiales, y por eso en el Centro Ocupacional San Pascual de Ibi lo llevan a una expresión máxima, a la vez que efímera. La construcción de una falla se ha convertido ya en la actividad más destacada de las muchas que constantemente realizan los usuarios de estas instalaciones y sus monitores. Y al mismo tiempo, la cremà del monumento ha adquirido la categoría de acontecimiento de primer nivel, al incorporarse plenamente al calendario de actos festivos ibenses.

Hace ya 19 años que en el Centro Ocupacional San Pascual plantaron su primera falla, pero a partir de ahora van a ser "unas Fallas en tiempo de Hogueras", tal y como bromean algunos de los educadores que coordinan la actividad. Después de que las inclemencias meteorológicas obligaran el año pasado a retrasar la cremà un mes, se ha decidido trasladar el acto a estas fechas. Pero además, y dentro de esa colaboración existente con el Ayuntamiento, se ha ampliado un día la exhibición del monumento, que hasta ahora se quemaba un viernes y ahora arderá este sábado, a las 21.30 horas en concreto. Más tiempo para contemplar esta efímera obra de arte, y más posibilidades de que haya más espectadores en la cremà en el Parc de les Hortes. Al haber acabado ya el curso, la falla ya no ha recibido visitas escolares como tales, sino de los niños y las niñas que participan en las Escuelas de Verano de Ibi.

Las distintas figuras que componen la falla.

Las distintas figuras que componen la falla. / ANTONIO TERUEL

El centro cuenta con la ayuda de un maestro fallero, que se encarga de diseñar el monumento y sus diferentes elementos. La realización de las piezas y su montaje, en cambio, corre ya a cuenta de los usuarios de las instalaciones, que llevan a cabo este trabajo en uno de los talleres específicos que allí de imparten, junto con los de imprenta, cerámica o jardinería. Al final, explican Regi y Rocío, educadora y fisioterapeuta, respectivamente, se trata de una labor colectiva, en la que todo el mundo aporta cuanto puede. "Es una forma da dar a conocer el trabajo de los usuarios, mostrar que son autónomos y están intregrados", señalan.

También el director de las instalaciones, Francisco Rico, recalca que "es una fiesta inclusiva" y que la idea es hacer que siga creciendo y "llegue a todas las edades". Por el momento, el traslado de la cremà a un sábado permite que por la mañana de esa misma jornada haya un cuentacuentos, y después de que el monumento arda la fiesta seguirá en el parque y será posible cenar allí. Además, como siempre, se celebrará un pasacalles previo desde el Ayuntamiento, en el que los falleros, cargos que este año recaen en Miguel Ángel García y Sole Pérez, serán los protagonistas.

Otro de los lados del monumento.

Otro de los lados del monumento. / ANTONIO TERUEL

La falla es, además de un elemento artístico y creativo, una forma de expresar algún tipo de reivindicación. Así, este año la temática es el poder de los libros, la capacidad para conocer historias a través de la lectura. Pero en el reflejo de ese mensaje de magia hay también una demanda: "Que se facilite la lectura a todas las personas". Por ejemplo, a las que, como una parte de los usuarios del Centro Ocupacional San Pascual, tienen problemas de comprensión lectora. Para ellas se pide que haya un mayor número de "libros adaptados", con textos sencillos que sean fácilmente asimilables. Y así, que los libros sean también un elemento inclusivo, del que todos, sin importar sus capacidades, puedan disfrutar por igual.