El pasajero número 416 del Stanbrook

Vicente Mataix, natural de Banyeres, murió en 1940 exiliado en Marruecos

La familia nunca perdió la esperanza de poder recuperar sus restos y por ello se embarcó en un viaje hasta el norte de África para repatriar el cuerpo

El documental "El último tren a Bouarfa" de Rosa Brines narra la historia del bañerense, su proyección en la Ágora de Alcoy con motivo de las jornadas de memoria histórica de la comarca ha sido una de las actividades más esperadas

Vicente Mataix en su exilio.

Vicente Mataix en su exilio. / INFORMACIÓN

Vicente Mataix (1909) natural de Banyeres de Mariola fue el pasajero número 416 del Stanbrook, el navío en el que se embarcaron más de dos mil exiliados y que zarpó desde el puerto de Alicante escapando del asedio franquista.

La vida de Vicente estuvo marcada por la guerra civil, al igual que la de muchos hombres y mujeres de esa época, que sufrieron en sus carnes los estragos de una guerra y posguerra que marcó un antes y un después en este país.

Vicente trabajaba en un horno de Banyeres, pese a que sus padres eran agricultores. Era un hombre muy vinculado a las fiestas y tradiciones, pertenecía a la filà de moros vells, cuentan sus familiares.

Un año antes de que estallase el conflicto, en 1935, contrajo matrimonio con Nieves Gisbert con quien tuvo dos hijos (María, 1936 - Vicente, 1939). Lo que no se imaginaría Nieves, es que en 1940 recibiría una carta del consulado francés en Alicante notificándole la muerte por enfermedad de su marido en Marruecos.

El bañerense fallecía a los 31 años en el campo de trabajadores de Bouarfa (Marruecos) a causa de una enfermedad que no se reflejaba en la carta que recibió la viuda. Mataix trabajaba de sol a sol en la construcción del ferrocarril Transahariano, fue de los primeros españoles en morir allí, detallan.

Antes del exilio al país vecino, Vicente fue movilizado al frente por parte del bando republicano, aunque tal y como confirma la familia y asociaciones de memoria histórica consultadas no estaba adscrito a ninguna organización política.

Tras su marcha forzada en el Stanbrook, la familia perdió prácticamente todo el contacto con él, las cartas llegaban a cuenta gotas, explican.

Un momento de la exhumación de Vicente, en una imagen cedida por la familia.

Un momento de la exhumación de Vicente, en una imagen cedida por la familia. / INFORMACIÓN

Cuando Nieves se enteró del fallecimiento de su marido, su único deseo fue poder repatriar el cuerpo para que los restos descansasen en su Banyeres natal. La familia supo desde el principio que no iba a ser una tarea fácil, de hecho no creyeron conseguirlo, pero una fotografía de la tumba donde yacían los restos mortales de Vicente fue el hilo desde el cual la familia pudo tirar 70 años más tarde.

Un grupo de compañeros del exilio de Vicente mandaron en 1944 una imagen de la lápida de este a Nieves. La sepultura, decorada de forma especial fue determinante en esta historia. Fueron los nietos los que decidieron comenzar una investigación con el fin de repatriar el cuerpo de su abuelo y cumplir el deseo de su abuela. La familia contrató a una detective que viajó previamente hasta Bouarfa, donde, en el cementerio, gracias a la fotografía de la lápida pudo identificar donde estaba enterrado Vicente.

Una vez tuvieron claro el paradero de los restos de este fueron los nietos, Toni, Josep Lluis y Gloria los encargados de comenzar la burocracia para repatriar el cuerpo de su abuelo. Fue un proceso arduo, recuerda Josep Lluis: "Se trató de la primera exhumación y repatriación de un exiliado del norte de África a España. No tuvimos ninguna ayuda por parte del Estado, fue una repatriación privada".

Para la familia ha sido motivo de orgullo poder tener a Vicente de vuelta. "Poder enterrar con dignidad a nuestros familiares y poder cumplir la voluntad de mi abuela. No nos imaginábamos que pudiéramos encontrarlo", asegura Josep Lluis.

Vicente fue enterrado en el cementerio de Banyeres junto a su mujer Nieves el 14 de diciembre de 2013 con un cálido homenaje de su familia y allegados.

La hija de Vicente, María, lee un manifiesto el día que lo enterraron en Banyeres.

La hija de Vicente, María, lee un manifiesto el día que lo enterraron en Banyeres. / INFORMACIÓN

Las jornadas de memoria histórica de l'Alcoià-El Comtat han englobado un catálogo de actividades entre las que han destacado la proyección del documental "El último tren a Bouarfa" de Rosa Brines. La proyección narra la historia de como la familia de Vicente Mataix se desplaza hasta el norte de Marruecos para recuperar sus restos mortales. Su visionado en el Ágora de Alcoy ha sido todo un éxito.