Entrevista | José Manuel Moltó Neurólogo del Hospital de Alcoy

"La predisposición genética a sufrir Alzheimer es modificable con buenos hábitos de vida"

El facultativo ha dado esta semana una charla en la XX Semana de la Ciencia de la Universidad de Alcoy sobre la situación actual de la enfermedad del Alzheimer

Moltó explica hacia donde avanza la patología con los nuevos tratamientos y cuánto saben los profesionales sobre ella

El neurólogo José Manuel Moltó en el Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy.

El neurólogo José Manuel Moltó en el Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy. / Juani Ruz

José Manuel Moltó (Alcoy,1964) se licenció en Medicina por la Universidad de Alicante en 1988, se doctoró con distinción en 1991 y se formó como neurólogo en el Hospital Virgen de la Arrixaca. Su trayectoria incluye la fundación de la Unidad de Demencias en el Hospital General de Alicante, precursora del Centro de San Vicente, y la creación de la Unidad de Neurosonología para el estudio del ictus. Con más de 100 comunicaciones y 50 artículos en revistas especializadas, sus investigaciones se centran en demencia, cefaleas, ictus y neurosonología. Actualmente, despliega su experiencia como neurólogo en el Hospital de Alcoy, brindando atención directa a diversas patologías neurológicas. Su compromiso personal con el tema del Alzheimer se refleja en su experiencia familiar, con abuela, madre y suegro afectados, proporcionándole un aprendizaje práctico invaluable. Esta semana ha dado una charla sobre la enfermedad en la Semana de la Ciencia de la Universidad de Alcoy.

La conferencia que ha dado se titula "Enfermedad de Alzheimer: donde estamos y hacia dónde vamos", ¿Qué nos puede decir?

Creo que ya empezamos a saber mucho de la enfermedad, sabemos diagnosticarla bastante bien. El problema es que no sabemos todavía concretamente el porqué aparece la enfermedad, qué es lo que pasa en ese cerebro que enferma. Es una enfermedad que evoluciona a lo largo de muchísimos años, de forma taimada, de forma callada, con lo cual realmente hay una parte de la evolución que nos es muy difícil llegar a conocerla. No sabemos que esa persona tiene o está desarrollando esta enfermedad a lo largo de muchos años. 

¿Qué avances se han producido en su tratamiento?

Creo que quizá una virtud de estos tratamientos nuevos va a ser que van a suponer un avance en el conocimiento de algunas de las bases, porque son muy eficaces a la hora de retirar la proteína amiloide, que es una sustancia que sabemos que se acumula en el cerebro a raíz de la enfermedad, pero no sabemos bien esa acumulación qué significa si es una causa, si es una consecuencia... Creo que con estos tratamientos vamos a tener buena respuesta a ese respecto y sabremos si el esfuerzo que se ha dedicado durante muchísimos años a investigar esta sustancia va en el buen camino o hay que echar un par de pasos para atrás y buscar otras alternativas. Pienso que estamos en un buen momento, en un momento de esperanza de cara al futuro, pero no porque tengamos todavía tratamiento, sino de esperanza en mejorar la comprensión de la enfermedad y un poco saber a quién nos estamos enfrentando.

"Estamos en un momento de esperanza no porque haya tratamiento, sino porque vamos a comprender mejor a quien nos estamos enfrentando"

¿Cómo se diagnostica actualmente?

Podemos hacer muchas cosas para el diagnóstico. Lo primero es que nos lleguen a las consultas y lo importante, además, es que lleguen en las fases más precoces posibles. A partir de ahí, lo normal es descartar otras enfermedades con un TAC o una resonancia. Una vez que hemos hecho los test, que hemos hablado con la familia, con el paciente... Podemos recurrir a otras técnicas. Técnicas de medicina nuclear, que lo que miden es el funcionamiento cerebral, el consumo de glucosa que va asociado al funcionamiento de determinadas áreas o bien les podemos hacer una punción lumbar y ahí determinar una serie de sustancias. Y a partir de ahí, de esas proporciones, sacar un diagnóstico de una certeza bastante alta. Son pruebas caras y son, en el caso de la punción lumbar, invasivas, no se pueden hacer para todos. Se reservan normalmente para personas más jóvenes o para casos difíciles en los que se tengan dudas.

¿Cuáles son las señales que nos advierten de que podemos tener principio de Alzheimer?

Nos centramos siempre en la memoria, pero insisto mucho en que no es solo la memoria, pueden ser dificultades, por ejemplo, al encontrar el nombre a determinados objetos o dificultades con aquellas tareas que hacíamos que son tareas de planificación como hacer viajes o de manejo de dinero. Es importante que esas cosas se vayan viendo en el entorno laboral cuando son gente relativamente joven. Y luego, con las personas mayores, la pérdida de algunas de sus rutinas pequeñas que vemos que ya les cuesta de realizar, alguna actividad que llamamos instrumental como es el ir todos los días a comprar.

"Nos centramos en las pérdidas de memoria, pero también puede estar en la dificultad de hacer tareas cotidianas"

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¿Qué incidencia tiene la enfermedad en personas jóvenes?

Son muy pocos, es un porcentaje poblacionalmente muy escaso. Lo importante es diferenciar el porqué a la memoria le damos una importancia, a veces un poco excesiva. Vemos mucha preocupación en gente más joven que tiene 80.000 cosas en la cabeza que a lo mejor incluso está un poco triste o está sobrecargado de estrés y que tiene olvidos que son absolutamente benignos y normales y que realmente no son olvidos, son fallos de atención.

¿Se transmite de generación en generación?

 Hay una predisposición familiar, hay un tanto por ciento muy pequeño de enfermedad genética, con alteraciones genéticas conocidas, pero es verdad que los hijos de pacientes tienen una predisposición a tener la enfermedad en el tiempo. Predisposición que es modificable con buenos hábitos de vida.

"Una forma de prevenirlo es mantenernos mental y físicamente activos. Evitar acciones pasivas como ver la televisión"

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¿De qué forma se puede prevenir?

Fundamentalmente, es importante mantenerse mentalmente activos, pero también físicamente. Se puede hacer con juegos de mesa, lectura, escritura... Hay que evitar cosas pasivas como puede ser los audiovisuales como la televisión, que es algo nefasto porque al cerebro lo deja muy pasivo. La radio, la música... Todo esto son ejercicios fantásticos y que están muy bien.