Algunos han soñado con ello y otros ni si quiera lo habían imaginado, pero en lo que sí coinciden es en que no hay mayor privilegio que la ciudad en la que nacieron o vivieron tenga una calle con su nombre. Así lo aseguraron ayer los homenajeados del mundo de la música, la pintura, el periodismo, la educación, el deporte y el toreo a quienes el Ayuntamiento ha concedido una de las calles, glorietas o avenidas del PAU-5 de la Playa de San Juan. En total, fueron 11 las placas que entregó ayer la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo.

La primera en recoger una de las placas fue la hija del músico Vicente Spiteri, a quien se le concedió esta distinción a título póstumo. Le siguió el torero Luis Francisco Esplá, quien mostró su satisfacción y aseguró que "no me ha costado nada llevar a Alicante en el corazón por todas las plazas del mundo".

El periodista Tirso Marín recogió también su placa y pese a tener "miedo por si lo merezco" quiso agradecer el reconocimiento dirigiéndose a la alcaldesa: "algunos la llaman la dama de hierro por lo fuerte que es, pero para mí es la dama de oro porque además de fuerte, es hermosa".

Emotiva fue la intervención de la maestra Filomena Fernández, quien aseguró sentirse "satisfecha con el galardón que reconoce 40 años de trabajo en la escuela".

Tras ella llegó el momento de entregar la placa con el nombre de otro torero, Vicente Blau "El Tino", que antes de fallecer llevó el nombre de Alicante por todo el mundo. Su hijo, Arturo Blau, recordó cómo su padre "quedó huérfano de pequeño y estuvo en un buque mercante a punto de ir hasta Argentina, pero desembarcó en Alicante y consiguió su sueño de ser un gran torero".

El torero Francisco Antón "Pacorro" subió el mismo a recoger la placa de su calle y recordó sus inicios en el toreo en los que llegó a falsificar la firma de su madre para que le permitiesen torear sin tener la edad. Pero logró su sueño y "la provincia se dividió entre 'pacorristas' y 'tinistas'", comentó emocionado antes de exclamar: "¡Viva el 'Tino', esté dónde esté!

El violonchelista Vicente Perelló Doménech agradeció "la distinción por la labor realizada al bien de la música y la comunidad educativa". La solfista Concepción Rubio Andrés aseveró "haber vivido en una nube" desde que le comunicaron que una calle llevaría su nombre.

También fue distinguido, esta vez con una glorieta, el deportista Javier Cabanas, para quien "es un orgullo, porque aquí me hice como persona y como deportista".

El maestro José Garberí quiso recoger la placa de su avenida, pero en su nombre intervino su nieta para agradecer que le hayan permitido "contemplar este reconocimiento con mis propios ojos y junto a mi familia".

Otra avenida fue para el artista Remigio Soler, quien puso una nota de humor contando que regresó a Alicante tras un viaje a Barcelona en el que pasó tanta hambre que terminó por darle un bocado a una paloma.

La alcaldesa se dirigió a los galardonados para decirles "que han hecho cosas por las que vale la pena recordarles para siempre" y que tener una calle con sus nombres supone "darles la inmortalidad ligándoles a la historia de esta ciudad". Por su parte, el edil de Estadística, José Antonio Sobrino, dijo que el proceso de selección no ha sido fácil, porque hay más de 500 solicitudes para poner nombres a las calles nuevas.