"Es una obra muy complicada y con muchos imprevistos". Javier García-Solera, el arquitecto responsable de la remodelación de la Plaza de Los Luceros, asegura que el proyecto está siendo todo un desafío que ha obligado a retrasar en varias ocasiones los plazos previstos para su finalización.

El problema, señala García-Solera, es que a lo largo de toda la historia de Luceros "se han ido haciendo diferentes remodelaciones y cambios en la plaza. Cuando abrimos las zanjas para cambiar las instalaciones de luz, agua y teléfono nos encontramos con que teníamos que poner orden en una maraña de canalizaciones: renovar las que estaban en mal estado, desviar otras...y todo con la supervisión e intervención de las diferentes empresas concesionarias de estos servicios con las que nos hemos tenido que coordinar". Algunas de estas instalaciones de saneamiento, sobre todo en los cuadrantes más próximos a General Marvá, "eran de los años 30 y estaban excavadas en la propia roca, lo que nos hizo variar por completo la manera de trabajar".

Todos estos contratiempos "nos han obligado a actuar de una forma concienzuda para que el resultado no sea una chapuza en el espacio más emblemático de la ciudad". El objetivo, añade, "es que dentro de ocho meses no tengamos que volver para levantar las aceras". Con todo, "esta obra ha sido más compleja que abrir un melón". Pero al margen de los problemas "técnicos" que han ido surgiendo desde que en abril arrancaron las obras, durante estos meses "se han ido sumando" otras circunstancias que han retrasado la reforma de la plaza. "Hemos tenido que compaginar las obras con la actividad diaria de Luceros, una plaza con una intensidad de circulación muy fuerte y en la que se concentran todas las actividades festivas de la ciudad: hogueras, desfiles, celebraciones futbolísticas". El arquitecto pone un ejemplo muy gráfico "no es lo mismo reformar el baño de tu casa cuando tienes otro que puedes utilizar mientras duran las obras, que hacerlo cuando tu vivienda sólo tiene un baño".

En este sentido, García Solera cree que "si hubiéramos podido tener la plaza completamente cerrada, en seis meses se habrían terminado los trabajos". Con todo, confía en que ahora que todas las zanjas están por fin tapadas "los trabajos irán más rápidos". En cuanto a plazos, el arquitecto confía en que los dos cuadrantes de la plaza más cercanos a General Marvá "estén finalizados para mediados de diciembre". El resto, "estarán terminados en febrero o comienzos del mes de marzo". Para esta parte de la plaza "trataremos de adoptar las medidas necesarias para que la campaña de Navidad sea lo más llevadera posible para los comerciantes, dejando el mayor espacio de paso para los peatones".

El retraso de la reforma de Luceros, que en un principio tendría que haber finalizado a finales de verano, ha levantado las quejas de comerciantes y hosteleros de la plaza, que cifran "en un 40% la pérdida de negocio". Los propietarios de los establecimientos reclaman al Ayuntamiento que se les rebajen las tasas que pagan por las terrazas, ya que este año apenas han podido instalar las mesas y sillas.